La catedral de Évora se asienta sobre una antigua mezquita (no sólo en la parte española sucedían estas cosas). Su construcción comenzó en 1.186, aunque su portal no se finalizó hasta 1.350, para venerar a Santa María.
El claustro tiene una estructura rectangular de arcos abiertos, cubierto por una bóveda de crucería ojival. Su estado de conservación es fantástico.
Desde su parte superior se tiene una buena vista de la ciudad.
El interior muestra planta de cruz latina con un altar profusamente decorado. La influencia musulmana es visible en la decoración con rosetones.
Cerca de los restos del templo romano se encuentra una curiosa fuente de piedra con una escultura dentro.