Una vez hechas las fotos en el Elevador de Santa Justa volvimos a bajar a Baixa en el mismo ascensor. La estructura metálica tiene dos ascensores revestidos de madera pero sólo uno estaba en funcionamiento. A la entrada habíamos visto un plano con la localización de los elevadores de Lisboa. En realidad son tres funiculares (da Glória, da Bica y do Lavra) y el elevador de Santa Justa. El que más nos interesaba era el funicular da Glória.
Allí que fuimos. Está bastante cerca, une la Praça do Restauradores con el barrio Alto (Jardín/Mirador de San Pedro de Alcántara). Fue inaugurado en 1885. Tiene dos coches idénticos numerados 1 y 2 que hacen el recorrido por la misma vía que se convierte en dos en la zona central. Llega a transportar más de 3 millones de pasajeros anualmente. De camino, pasamos por delante de la estación central do Rossio. Un gran edificio con una curiosa entrada en forma de herradura.
En el barrio Alto buscamos un sitio donde comer. No fue demasiado fácil porque, a pesar de que toda la zona está llena de restaurantes y bares estaban todos cerrados. Es una zona de ocio pero más nocturno, aunque en los horarios de los restaurantes estaba escrito que abrían al medio día.
Finalmente entramos en uno de la Rua Atalaia, en «O Fogareiro». Allí disfrutamos de unas chuletas de cordero a la plancha y un delicioso bacalao o fogareiro. Lo cierto es que ambas recetas eran simples pero las materias primas se notaban frescas y de calidad. Los postres fueron mousse de chocolate y puding (no demasiado tradicionales).
Desde allí otra vez a la Praça do Restauradores.