Nuestro hotel en el centro de París: el hotel Saint Paul Rive Gauche

Elegir un hotel en Paris es la primera decisión que tomar y la que puede convertir el viaje en una fantástica escapada o en el recuerdo de horas en metro y tren porque la oferta es enorme pero también la ciudad. Por no hablar de habitaciones pequeñas y frías o ruido nocturno. En nuestro viaje a la capital francesa encontramos la elección perfecta: el hotel Saint Paul Rive Gauche, un hotel cuatro estrellas en un edificio del siglo XVII en pleno centro de la ciudad. Conste que la encontramos gracias a la oficina de turismo que fue quién nos la dio.

Como contamos en nuestro artículo sobre qué ver en París en 3 días, la capital francesa está llena de pequeños rincones que recorrer, museos que visitar, iconos que admirar… tantos que hacen falta varios días para poder tomarle el pulso –un poco, al menos– a la Ciudad de la Luz. Varios días equivalen a varias noches y a encontrar un alojamiento que permita disfrutar de la ciudad desde la cercanía al mismo tiempo que descansar después de jornadas de turismo maratoniano.

La ubicación: un hotel en el centro de París, ¡viva el barrio latino!

Íbamos a pasar seis días en la ciudad pero no queríamos desperdiciar ni un minuto porque sabíamos que no nos iba a sobrar nada de tiempo. Si tú tampoco quieres perder un minuto, una de las primeras cosas que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir un hotel en París es la ubicación. Como siempre, cuanto más cerca de la zona a visitar mejor, en el caso de París en el centro. Poder llegar paseando a la catedral de Notre-Dame, al Panteón, al museo del Louvre… es un plus. A nosotros nos gusta mucho andar por las ciudades, pero tampoco se trata de estar una hora andando desde el extrarradio antes de empezar a ver cosas interesantes.

La segunda cosa a tener en cuenta es cómo llegar desde el aeropuerto, y luego al aeropuerto. Son trayectos que sólo se hacen una vez pero es el momento en que vas más cargado y más perdido –sobre todo desde el aeropuerto– o con más prisa –sobre todo al aeropuerto–.

El hotel Saint Paul Rive Gauche se ajustaba a las dos condiciones: en pleno barrio latino, pero en una calle tranquila, y a menos de cinco minutos de la estación del RER –que lleva directamente al aeropuerto y al Palacio de Versalles– y de otras estaciones de metro para ir a cualquier lugar de la ciudad.

En el centro de París y con historia, ¿qué más pedirle de un hotel?

En el barrio latino todos los edificios tienen encanto e historia. El del hotel es del siglo XVII y fue usado por los monjes franciscanos y después como cisterna, depósito de agua, para los edificios circundantes. Es en la antigua cisterna donde hoy en día se toma el desayuno.

Hubo una historia que no conocemos y que nos quedamos con las ganas de preguntar. Dirás, ¿en seis días y no tuvisteis tiempo de preguntar? Es París, seis días no son suficientes y siempre querrás ir a ver otra cosa nueva. La historia es la que hay detrás de los cuadros que adornan la recepción y las zonas comunes de la entrada: pinturas de animales de varias especies –perros, gatos, lobos, vacas…– con vestidos de época y uniformes. Un toque distinto.

Los hoteles boutique tienen un encanto especial, pero en París más

Según nos comentaron, a cuatro generaciones de hoteleros se remonta la familia franco-británica de los actuales propietarios del hotel Saint Paul Rive Gauche y ese saber hacer se nota en los detalles, básicos en cualquier hotel boutique.

Nuestra habitación estaba decorada con el gusto que un edificio clásico merece, con las vigas de madera vista en el techo, pero también con las comodidades que son necesarias en pleno siglo XXI: desde enchufes con tomas USB para cargar directamente los móviles hasta una enorme televisión, sin olvidar la conexión wifi. Una de las cosas que más nos llamó la atención fue la decoración del baño: un fotografía de una estantería de libros antiguos en tamaño real frente al retrete.

El desayuno, además de servirse en la antigua cisterna de piedra, nos dio fuerzas durante esos días para las horas de caminar, de subir y bajar escaleras, de recorrer museos… que nos esperaban fuera: bollería, embutidos, fiambres, quesos, yogures…

Un detalle que nos conquistó: 4G gratis en París ofrecido por el hotel

Tener conexión wifi en el hotel está muy bien –de hecho es casi obligatorio– pero, ¿qué sucede cuando sales a la calle? Eso también está pensado en el hotel Saint Paul Rive Gauche. Cierto es que, desde la desaparición del roaming en Europa los turistas españoles ya no lo necesitamos… pero a nosotros, en su momento, nos pareció un regalo caído del cielo.

Cuando entramos en la habitación nos sorprendió encontrarnos un teléfono enchufado. Creíamos que se lo habría dejado alguien –tenía que ser la persona que había hecho la habitación porque si fuera del último huésped lo habrían recogido– . En seguida nos dimos cuenta del folleto que estaba al lado en el que ponía que el móvil era para nosotros como clientes del hotel. El hotel tiene un acuerdo con dringme para ofrecer servicio 4G ilimitado y lo hace en ese móvil que queda a disposición del huésped durante toda su estancia.

Desde lo más básico: navegar por internet o buscar direcciones con Google Maps, hasta los atajos y las apps que lleva instalado el terminal que permiten comprar entradas para espectáculos, llamar a taxis, reservar en restaurantes o tener una guía de París y de sus alrededores siempre en la palma de tu mano.

La puntuación del hotel Saint Paul Rive Gauche según nuestros criterios

Según nuestras 14 características para que un hotel sea ideal, el hotel Saint Paul Rive Gauche:

• Limpieza excelente
• Trato muy agradable, más en la recepción que en el desayuno
• Renovado en 2015 –evidentemente la fecha nos la dijeron, pero estaba claro que todo estaba nuevo–
• No hizo mucha falta utilizar la calefacción, el calentamiento global incluso a mitad de octubre, pero, cuando la usamos, la temperatura era la adecuada
• Enchufes más que suficientes –uno a cada lado de la cama para poder cargar los móviles– y algunos con toma USB directa
• El wifi funcionaba sin problemas ni cortes
• A pesar de que no había un botón que apagara todas las luces, sí que se podía hacer con varios interruptores desde la misma cama
• No busques persianas, en Francia no se estilan, pero las cortinas son lo bastante opacas como para que tenga que ser el despertador el que te saque del sueño y no la luz del sol por la ventana

• La cama, si bien no era king-size, era más que suficiente
• Las sábanas no estaban colocadas de forma que se hiciera el vacío en su interior
• La almohada era firme
• El baño estaba donde tenía que estar: la ducha no se veía desde la habitación y el agua salía con fuerza y temperatura adecuada de la ducha
• El desayuno ya he dicho que era muy bueno

Precios del hotel Saint Paul Rive Gauche

El precio es la última de las características que hacen de un hotel el ideal. Que sea barato es perfecto, pero que sea barato respecto a lo que ofrece: hay albergues baratos y hoteles de cinco estrellas baratos, pero los precios son muy diferentes.

Todavía recuerdo cuando, en 2009, tuve que pagar 70 euros por una noche en una habitación individual con baño compartido… Los precios en París son altos. En el caso del hotel Saint Paul Rive Gauche, siete años después, hablamos de unos 85-95 euros por persona y noche pero con todas las comodidades. Echa un vistazo aquí a los precios y disponibilidad actuales.

Un hotel para hacer que la escapada a París sea perfecta, la Ciudad de la Luz lo merece.

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