Viajar no es solo comprar un billete de avión, de tren o de bus, arrancar el coche o la moto, subirse a la bici o al patinete o simplemente comenzar a andar. Viajar es también pensar, escuchar, recordar… y, sobre todo, leer. Os traemos los libros de viajes favoritos de grandes viajeros y auténticos profesionales de la lectura. Siete libros de viaje de siete viajeros lectores para que no podáis decir que no tenéis tiempo para ir de viaje, o que no os gusta montar en avión, o que no tenéis con quién viajar…
La ruta prohibida – de Kabul a Samarkanda, Rosita Forbes
Alicia Ortego, del blog los viajes de Ali y colaboradora en Leer y viajar. Licenciada en Sociología y especializada en Antropología Social, trabajando en Investigación de Mercados Cualitativa, pero apasionada de los viajes y la lectura.
Uno de mis libros favoritos es La ruta prohibida. De Kabul a Samarcanda, de la gran viajera Rosita Forbes, probablemente de las viajeras menos conocidas de la primera mitad del s. XX, contemporánea de Alexandra Dávid-Néel (la conoció en París, cómo me hubiera gustado estar en ese encuentro!).
Rosita viajó por Asia Central (en realidad por casi todo el mundo) con una curiosidad, arrojo y humor realmente envidiables. Con sus ropas, incluyendo faldas, zapatos y medias, no perdía el empaque si tenía que viajar en un carro tirado por bueyes y llegaba cubierta de polvo, o tenía que taparse con una manta cochambrosa.
Interesada sobre todo en la gente, hilvana un relato más que ameno, lleno de anécdotas viajeras y sin dejar de lado los paisajes y arquitecturas que en esa región del mundo son tan espectaculares. Os aseguro que en muchas ocasiones se te escapa la sonrisa o la risa.
Imprescindible.
Un mundo aparte, Daniel Landa
Pablo Strubell, editor en La editorial viajera y colaborador también en Leer y Viajar. Apasionado viajero y lector. Después de recorrer la Ruta de la seda y África de cabo a rabo, fundó, junto con Itziar Marcotegui, La editorial viajera y trabaja como guía en Asia Central.
Un Mundo Aparte es un libro de viajes atípico. Es el primero que escribe Daniel Landa y tiene ni más ni menos que 1030 páginas. Escribirlo debió ser una gesta parecida al viaje que hizo: dio la vuelta al mundo en 4×4 durante dos años (entre 2006 y 2008) para narrar en una serie de TV la mayor vuelta al mundo jamás contada. Y eso es algo que diferencia este viaje de muchos otros, al igual que hace diferente este libro de tantos otros escritos de vueltas al mundo. Lo cierto es que este libro se podría considerar un making off de la serie documental, escrito con gran sinceridad, sencillez y humildad, sin cortapisas, sin tapujos, descubriendo la cara menos amable de un viaje casi épico.
El viaje fue un éxito, no solo porque los tres viajeros que componían el equipo regresaran en perfecto estado físico sino también mental: tres personas que apenas se conocían se embarcaron en este duro, exigente y novedoso proyecto y llegaron más unidos, cómplices y satisfechos de lo que partieron. El libro nos explica cómo lo lograron, los momentos de crisis, los de felicidad. Cualquiera que piense que embarcarse en un viaje así es una sencilla y placentera experiencia, debería leerse este libro. Y cualquiera que sueñe con emprender un viaje, sea en el medio que sea, que disfrute leyendo de los retos, aventuras y peripecias que otros viajeros han tenido que experimentar, tiene en “Un mundo aparte”, lectura obligada.
En la Patagonia, Bruce Chatwin
Cristina Romagosa y José Alejandro Adamuz, del blog Ahora toca viajar. Viajeros y lectores incansables que abandonaron su zona de confort para recorrer Sudamérica sin fecha de vuelta y que, once meses después, siguen recorriéndola.
Si es cierto que un buen libro de viajes debe inspirar a hacer la maleta y salir de casa, el libro En la Patagonia de Bruce Chatwin es un buen libro de viajes. No deben ser pocos los viajes que ha inspirado a la Patagonia, eso seguro. Al menos éste es el libro culpable de nuestro actual viaje por Latinoamérica ¿Por qué? La capacidad descriptiva de Bruce Chatwin, cómo retrata a los personajes, sus diálogos, hace que te sumerjas intensamente en el territorio austral y luego, al finalizar la lectura, lo añores. Por eso, después de leerlo, y esto debería ser una advertencia que apareciera en la contraportada, no vas a parar hasta viajar alguna vez en tu vida la Patagonia. La curiosidad infantil llevó a Bruce Chatwin de adulto a viajar hasta allí, a nosotros, la lectura de éste clásico de la literatura de viajes.
Viaje al Oeste durante la dinastía Tang, Huien Tsang
Antonio Aguilar, del blog Historias de nuestro planeta. Un viajero como los de antes, como él mismo dice: Queriendo comprobar cuánto de verdad encerraba la tópica frase «viajar para conocer y conocerse», me he lanzado a la aventura, con una mano delante y otra detrás, varias veces por zonas poco trilladas del mundo.
El libro viajero que probablemente más me haya inspirado sea “Viaje al Oeste durante la dinastía Tang”. Es el diario de Huien Tsang, un monje chino del siglo VII que al descubrir que los libros budistas que se estudian en su país están incompletos o mal interpretados, decide emprender un viaje a la búsqueda tanto de los originales como de los maestros que enseñan esta filosofía. Su periplo de diecinueve años le llevaría a recorrer China, Kirguistán, Uzbekistán, Afganistán, Pakistán, India, Nepal, Sri Lanka o Bangladesh en una época donde desplazarse era sinónimo de aventura. Y así, Huien Tsang avanza con el propósito de encontrar las mejores escuelas budistas de la época, cuyas enseñanzas va describiendo con el mismo detalle que las guerras, ataques o territorios prohibidos que encuentra en su camino. Su peregrinaje es un canto a la aventura motivada por la humana necesidad de entender qué y cómo somos. Tanta influencia tuvo que casi todas las grandes obras asiáticas actuales tienen algún guiño a él.
La jaula de oro, Shirin Ebadi
Ignacio Izquierdo, del blog Crónicas de una cámara. Fotógrafo y contador de historias, pero también devorador de libros. Ha vivido en Inglaterra y en Japón, hasta que decidió que el mundo le llamaba y se fue a darle la vuelta, y a enseñárnoslo. Ya le preguntamos en la entrada de fotografías y, hablando de libros, no podíamos dejarlo escapar.
La literatura de viajes no tiene porque contar un viaje, sino hacerte viajar. Eso me pasó con La Jaula de oro de Shirin Ebadi, la primera iraní y musulmana en recibir el Nobel de la Paz que hizo de esta novela mi primera aproximación al hasta entonces opaco Irán para mí. Apenas sabía nada del país, ni de su historia, ni de sus conflictos. Shirin consigue en sus páginas dos cosas, por un lado contarte no solo los episodios más importantes de los siglos de vida de Irán hasta reflejar su día a día tradicional, y por otro como la llegada de la revolución lo cambió todo y no precisamente para bien. A través de una familia y sus tres hijos, amigos de la infancia de la autora, se cuestiona cómo las ideologías pueden romper un mundo, reflejando los últimos 60 años de cambios abruptos en Irán. Esencial para entender un país imprescindible, bello, hospitalario y fascinante a pesar de todo.
Fantasmas balcánicos, Robert Kaplan
Lola Escudero, secretaria general de la Sociedad Geográfica Española y directora de comunicación de Lonely Planet. Gran viajera, geógrafa, periodista y una auténtica amante de los libros.
Hace ya muchos años cayó en mis manos este libro del periodista y viajero norteamericano Robert Kaplan. Yo estaba a punto de emprender un viaje de casi un mes por Rumanía y era mi primer destino de la antigua “Europa del Este”. Con todos los matices con los que hay que abordar la visión de un norteamericano al analizar estos territorios, tan diferente a la nuestra, debo decir que me apasionó el relato y me enganchó a este reportero y analista político. El libro me llevó, país por país, por esa parte de Europa tan desconocida en aquel momento y siempre tan convulsa y apasionante. “Fantasmas balcánicos” es el libro de un corresponsal, más que un simple viajero, una de esas obras de cabecera bien documentadas que te ayudan a entender muchas cosas, que mezclan sabiamente el análisis socio económico, la geopolítica, la historia y la literatura de viajes. Pero el libro está también lleno de pequeñas historias, de gentes con rostro y nombre propio, con las que se cruza en el camino y que le dan pie a contarnos muchas más cosas, en la más pura tradición del libro de viajes.
Después de «Fantasmas balcánicos» le han seguido con el tiempo otras muchas lecturas de Kaplan como “Viaje a los confines de la tierra” que es la crónica de un viaje inmenso que le llevó con una mochila y una libreta de notas por África Occidental, Irán, Egipto, Pakistán, India, y el Sudeste Asiático. O como el original recorrido por su propio país, “Viaje al futuro del imperio”, lleno de reflexiones interesantes sobre el presente y el futuro de los EEUU. Los de Kaplan no son meros libros de viajes; son ensayos bien documentados que nos ayudan a entender mejor el mundo y nos empujan a ponernos en camino.
Hacia rutas salvajes, Jon Krakauer
Paco Nadal, uno de los viajeros y escritor de viajes español más conocidos. Colaborador en la cadena SER, periodista de viajes en El País, youtuber, bloguero… el hombre orquesta de los viajes.
A veces los mejores libros de viajes no son libros de viajes. Y un buen ejemplo de ellos es «Viajes con mi tía», de Graham Green. Este Hacia rutas salvajes tampoco es, si nos atenemos a la ortodoxia, un libro de viajes. Es un sensacional reportaje del montañero, periodista y escritor norteamericano Jon Krakauer sobre un hecho real. La huida y muerte de un joven de 24 años, Chris McCandless, cuyo cadáver apareció en un remoto lugar de Alaska en 1992.
Mccandless era un joven normal, buen estudiante, de una familia normal que un buen día decidió dejarlo todo y lanzarse a recorrer los EEUU en plan vagabundo. Durante dos años recorrió el país en un periplo que recuerda mucho al «on the road» de Kerouac, solo que en los 90. Hasta que por desgracia murió de hambre en Alaska.
Krakauer recrea de manera tan magistral el viaje a ninguna parte de Chris que la historia te atrapa desde el primer momento. No puedes dejar de pasar páginas. Y te entran ganas de reproducir ese viaje. No solo por la aventuras que le ocurren en su peregrinar sino por la minuciosidad del trabajo periodístico de Krakauer (mi ídolo desde que escribió «Into thin air», en español publicado como «Mal de altura», por Desnivel, 2008), que no deja un cabo sin atar, un testigo que entrevistar, un dato que aportar.
¡Un excelente trabajo de investigación periodística! Y un magnífico –aunque poco ortodoxo- libro de viajes.
Ya no tienes excusa para no ir de viaje… ¿Cuál es tu libro de viajes favorito? Dínoslo en los comentarios, queremos saberlo.
