¿Qué decir de Venecia? Uno de los sitios más típicos para visitar de todo el mundo… Nunca falta en los recorridos más tradicionales por Italia y es casi una etapa obligada para quien recorra el país. En una primera visita puede parecer, a lo mejor, poco viva, un lugar de postal para turistas –hecho confirmado por el coste de una cerveza en la Piazza San Marco, ¡nunca os paréis allí a tomar algo!–. Pero Venecia es siempre Venecia, un lugar único que por lo menos una vez en la vida hay que ver.
Para nosotros, además, hace años fue muchas veces el punto de llegada a Italia, cuando la ya desaparecida compañía bajo coste Volareweb llegaba allí desde Madrid. Por ello, en diferentes ocasiones, pudimos parar en la ciudad, recorrer las callejuelas y puentes que unen sus islas, admirar sus edificios sustentados milagrosamente por pilotes de madera y surcar sus aguas en lanchas o en vaporetto, el «autobús» que recorre los canales navegables de la ciudad. Aunque desafortunadamente nunca tuvimos la ocasión de verla con acqua alta, o sea en una de sus frecuentes inundaciones, que deben de añadir un buen plus a su atractivo, aunque sean un engorro para los locales.
Lo típico en Venecia es también lo esencial: los edificios que delimitan el Canal Grande, como el famoso Ca’ d’Oro; los puentes que lo atraviesan, como el de Rialto; y, por supuesto, la piazza San Marco, con su basílica, su campanario (al que se puede subir para ver la ciudad desde arriba) y el palacio ducal conectado con la antigua prisión por el celebérrimo Ponte dei Sospiri.
Desde la plaza de San Marco, la imagen de las góndolas surcando el Canal Grande con el fondo de la laguna y sus pequeñas islas es realmente un espectáculo.
Luego están las iglesias, desde San Giovanni, San Paolo e San Zanipolo hasta Santa Maria dei Miracoli o Santa Maria della Salute. Lo mejor es descubrirlas, como los otros tesoros que esconde la ciudad, callejeando y perdiéndose por ella.
Otra opción es dirigirse hacia algunas de las islas de la laguna, como Murano, donde visitar algunas de las muchas fábricas de cristal –por las que es mundialmente conocida– para ver como se sopla el vidrio; o Burano, famosa por la artesanía de encaje, con menos aglomeraciones y sus callejuelas con casas multicolores; o Torcello, donde se instalaron los primeros habitantes de la zona.
Además, si se sabe buscar, y sobre todo si se conoce a algún local, se puede encontrar también una Venecia menos típica donde comer y beber bien sin dejarse todo el sueldo. Una opción son los bacari, un tipo de mesón veneciano donde comer, rigurosamente de pie, los cicchetti, las tapas venecianas, y tomarse una ombra, o sea un vaso de vino de la casa. Algunos son más turísticos pero otros, más escondidos en las pequeñas callejuelas, son frecuentados por los locales que suelen hacer el giro d’ombra, una vuelta por los diferentes bacari para tomar algo con los amigos. Otra opción para acompañar el aperitivo es el spritz. Y para salir por la noche la zona mejor es la del Campo Santa Margherita, llena de bares.