Domingo, 28/08/2011 (2)
La primera cosa que habíamos hecho nada más regresar del Preikestolen a Stavanger fue visitar la oficina de turismo intentando organizar el resto del viaje según lo que habíamos planeado en Preikestolhytta. Ya vimos que las cosas iban a ser más complicadas de lo esperado pero, al menos, dejó de diluviar mientras estábamos allí.
Enfrente de la oficina de turismo está la catedral y es lo primero que intentamos visitar. Digo intentamos, porque hay misa, hoy es domingo, ya no nos acordábamos. Volveremos después.
La parte más bonita de Stavanger es Gamle Stavanger, la ciudad vieja. Son más de 150 casas de madera de los siglos XVII y XVIII concentradas en unas pocas calles. Es la zona con más edificios de madera de Europa. Es más que curioso ver lo que hacían aquí arriba con madera. En otras partes, las casas se hacían con piedra antes del cemento y del acero pero aquí, a pesar de la humedad (están al lado del mar) usaban la madera. Hay una zona de Rumania, Maramures, en la que también todo está hecho con madera, hasta las tejas de las casas, muy parecido a esto.
Recorremos la zona, con la ayuda del mapa del móvil, de arriba a abajo sin dejar ni una casa sin visitar. No tenemos mucho que hacer y lo que hagamos lo haremos a conciencia.
De vuelta al centro pasamos por la catedral, esta vez abierta. Acaba de terminar la misa y está el cura en la puerta con una americana encima de la camisa y su alzacuellos.
La catedral, Domkirken, se empezó a construir en 1125 en estilo románico anglo-normando. Se trata de la catedral más antigua del país, situada justo en el centro de la ciudad. Está consagrada a la Virgen María y San Swithun, el santo patrón de la ciudad y del tiempo atmosférico. San Swithun fue el primer obispo de Winchester, Inglaterra. Durante la Edad Media, Noruega mantenía lazos con Inglaterra, de hecho. el primer obispo de Stavanger, Reinaldo, era un misionero inglés.
La sabiduría que encontramos en la pintura en el interior de la Catedral no se nos reveló por completo hasta que encontramos una pequeña ayuda para traducir el latín, que Sara con sus cinco años de latín en el liceo sacó bastante: Mors sceptra ligonibus æquat, La muerte iguala los cetros a los azadones. Por suerte, el latín es más fácil que el noruego. No pudimos menos que recordar la de la Igreja de São Francisco en Évora (Portugal), Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos, Nosotros, huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos.
Vuelve a llover, pero en cuanto aligera un poco salimos. Damos una vuelta más y acabamos en el muelle otra vez, en el baño. Qué buena era India para esto de ir al baño: ¡no teníamos que ir nunca! Al salir vemos el autobús del aeropuerto, el Flybussen, son todos de SAS. No sabíamos dónde pararía, nuestra intención era ir a donde nos bajamos y buscar la parada en la acera de enfrente, pero ahora que vemos que llega hasta el muelle y da la vuelta, ya sabemos dónde cogerlo. En la parada están los horarios. Casi cada veinte minutos, como pone la publicidad en el autobús.
Y otra vez, más vueltas por la ciudad. Hay una calle muy animada, nos dejamos engañar por la guía, al final del muelle. Nos cuesta encontrarla pero, aunque aquí no hay nadie, sí que es cierto que los edificios son bastante bonitos y merece la pena el paseo.