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Estambul (X) (Eyüp Sultan Camii)

Al día siguiente, ya en 2.010, salimos del centro de la ciudad para visitar el Cuerno de Oro. Estambul tiene una superficie (entre los dos continentes y contando el área metropolitana) de más de mil quinientos kilómetros cuadrados y da cobijo a casi quince millones de habitantes.

Nuestro objetivo era el distrito de Eyüp, en concreto la mezquita de Eyüp, Eyüp Sultan Camii, y su tumba, Eyüp Turbe. El nombre de Eyüp proviene de Abu Ayyub al-Ansari, compañero de Mahoma. Llegó a Constantinopla durante el primer intento de conquista (673-677), murió y fue enterrado. Cuando Mehmet II conquistó la ciudad mandó construir una tumba y una mezquita en su honor.

La tumba original se conservó, algunos dicen que como parte de las condiciones de paz impuestas por los musulmanes para levantar el asedio. Es más, era venerada por los bizantinos en época de sequías.

La tumba de Ayyub es el tercer lugar sagrado más importante del Islam, después de La Meca y Jerusalén, con lo que se encuentra incluido en las peregrinaciones. Como en el Topkapi y el resto de construcciones islámicas de la ciudad las paredes están cubiertas de cerámicas azules.

Después de pasar por la tumba, que nos recordó un poco a la mezquita de Setta Ruqaya en Damasco, nos dirigimos a la mezquita. Es la primera gran mezquita que se construyó en Estambul. De un interior sencillo de planta cuadrada con una gran cúpula central con seis columnas redondas y dos pilares rectangulares. Es un lugar visitado tradicionalmente por los jóvenes el día de su circuncisión.

La mezquita contenía una piedra con la que se suponía era la huella del profeta Mahoma, encontrada en el Topkapi y llevada hasta allí por el sultán Mahmut I (1.703 – 1.754). A finales del siglo XVIII el sultán Selim ordenó su demolición y posterior reconstrucción, estaba en ruinas debido al terremoto de 1.766, de manera que la que se ve ahora es de alrededor de 1.800.

Mientras estábamos en el interior de la mezquita, haciendo fotos y vídeos, un simpático fiel se nos acercó para darnos un poco de perfume.Llevaba una especie de roll-on que nos pasó por el interior de la muñeca. No entendimos el motivo, pensamos que era por ser turistas y habernos acercado a un lugar tan sagrado para ellos, pero después hizo lo mismo con sus compañeros de rezo.


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Comentarios

  • JAAC
    11 febrero, 2010 a las 16:12

    Es una atmósfera muy especial la de las mezquitas. Supongo que no tan diferente a las de las iglesias y catedrales, pero la falta de costumbre y la decoración le dan un aire como más místico… A ver si vuelvo a Milán y hago unas fotos del Duomo que también era así, con una atmósfera especial… o así lo recuerdo.

    Sara está guapa siempre 🙂

    Todas tienen un aire, pero la luz que se veía especialmente en esta me parece fantástica.

    Responder
  • conxa
    1 febrero, 2010 a las 18:21

    imprsionante jaac!!

    Está guapa Sara con el pañuelo en la cabeza.

    Me haces gracia «….me recuerda a la de Damasco….» augggggg que envidia me dais!!! xddddd

    Responder