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Los “castillos del vino” de Barcelona: las tinas de la vall del Flequer

¿Una muralla medieval? Fue lo que pensamos cuando nos topamos con el primer conjunto de unas colosales construcciones cilíndricas en piedra seca adosadas en la vall del Flequer, en la comarca barcelonesa de Bages. Habíamos descubierto las “tinas”. Y no, sus muros no fueron levantados para proteger personas. Fueron levantados para proteger una de las creaciones más preciadas de esas tierras: el vino. Eran castillos sí, pero castillos del vino.

“La primera vez que las vi lloré de la emoción”. Así de sencillo, así de veraz. Jordi Perich, empresario y chef de la zona –pronto tendríamos la suerte de probar su cocina y la de su sobrino y tocayo en el restaurante Cal Carter de Mura– fue quien nos acompañó en la visita por algunas de las tinas de la vall del Flequer. No era un “guía” cualquiera. Su pasión por las tinas tampoco era ordinaria. Él las había buscado y redescubierto tras años de abandono. Había conseguido, incluso, traer a unos comisarios de la UNESCO para que las consideraran como Patrimonio de la Humanidad. ¿Que qué ganaba? Que un patrimonio cultural, histórico y arquitectónico único de su tierra volviera a ser valorado…

Barcelona Bages Tinas Salto

¿Qué son las tinas de la comarca de Bages?

Las tinastines en catalán– son unas construcciones únicas de esta zona, los valles del Montcau, en la comarca de Bages. Se levantaron por los payeses, desde hace más de 200 años, para almacenar la uva y elaborar el vino a pie de viña en lugares aislados y en terrenos complicados. Así se evitaba el transporte hasta las bodegas que hubiera sido laborioso y costoso a partes iguales.

Barcelona Bages Tinas Sendero

En los dos niveles de las tinas la uva se vertía, se aplastaba, se prensaba, se fermentaba: prácticamente todo el proceso se realizaba aquí, en medio de la viña. Las tinas tenían un tamaño importante: su capacidad iba de los 1.200 a los más de 30.000 litros y llegaban a tener unos 2,5 metros de diámetro –solían ser cilíndricos– y 3 m de profundidad.

Los pueblos estaban tan alejados, a veces a unos cuantos días de camino, que a menudo los payeses se quedaban a dormir en las barracas de viña, los edificios que se levantaban al lado de las tinas para guardar sus instrumentos de trabajo o para protegerse de las inclemencias del tiempo y vigilar su producción.

Algunas tinas están aisladas y otras agrupadas: hay grupos de cuatro, siete y hasta once con sus barracas. ¡Ésos son los “castillos del vino”!

Barcelona Bages Tinas Grupo Cuatro

Tanto las barracas como las tinas se construían en piedra seca, sin ningún tipo de mortero ni argamasa. Eran los mismos payeses los que las levantaban… ¡y ahí siguen más de 200 años después!

La historia de las tinas y la tradición del vino en la comarca de Bages

Vale, no son de la Edad Media. Pero desde luego tienen “una edad”. Las tinas más antiguas que se conservan son del siglo XVIII, aunque fue desde la segunda mitad del siglo XIX cuando empezaron a proliferar cada vez más. ¿Que qué pasó entonces? La plaga de la filoxera en el Languedoc y en el resto de Francia diezmó su producción de vino y Cataluña aprovechó para exportar vino al país vecino y a otros que antes le compraban a Francia…

Barcelona Bages Tinas Bobeda Piedra Seca

Siempre había habido tradición vitivinícola en la zona del Bages –de hecho una de las teorías sobre el origen del nombre de la comarca es que derivaría de Baco, el dios romano del vino–, pero ahora había que cultivar hasta en los terrenos más difíciles para subir la productividad, de ahí que hicieran falta las tinas.

Cuando la filoxera llegó también a la península, se acabó el negocio y las tinas se fueron abandonando y olvidando.

Hoy todavía hay unas cuantas bodegas en la zona –con su propia denominación de origen, la DO Pla de Bages–, pero, según nos comentó Jordi, en el valle quedan sólo 600 ha dedicadas a los viñedos de las ¡33.000! que llegó a haber.

La dura labor de recuperación de las tinas y la tina que ha vuelto a ser utilizada para el vino

Fue una fatalidad la que ayudó a Jordi a redescubrir esas tinas abandonadas. Un incendio en los años ‘80 quemó la maleza que las rodeaba y así, cuando fue en su búsqueda, la tarea le resultó más sencilla. Ese día llovía. “Llegaré a casa mojado, me tomarán por loco y no habré encontrado ni una tina”. Eso pensó al salir, pero al final sólo volvió mojado porque las tinas… ¡ahí estaban!

Barcelona Bages Tinas Jordi Perich

Jordi nos contó cómo había intentado llamar la atención de la Generalitat sobre ese patrimonio recuperado y cómo la Diputaciò de Barcelona lo estaba promoviendo ahora. Cómo habían conseguido fondos de UE y habían podido restaurar muchas tinas con chicos sacados de la calle y formados en una escuela nacida con ese fin. O cómo se llegaron a organizar recitales de poesía y conciertos al aire libre junto a las tinas restauradas. Hasta había conseguido llamar la atención de unos comisarios de la UNESCO –¡sí, él solo!– a los que les habían encantado las tinas. Aunque para llegar a que fueran patrimonio de la humanidad hacía falta más burocracia… Y ahora con la crisis los fondos escaseaban.

También hablamos de cómo lo rural estaba recuperando su valor después de tantos años de abandono y de olvido. Porque en política hay urbanitas que no siempre entienden ese mundo rural… “Ahora se vuelven a recuperar los gustos, los sabores y la cultura del campo, pero antes se vivía de espalda a lo rural, la gente lo sabía pero no le importaba”.

Barcelona Bages Tina Funcionando Vid

Las nuevas modas también ayudan a veces. Ahora hay congresos para la preservación del patrimonio de la piedra seca, el consorcio de la vall de Montcau ha restaurado algunas y se ha creado un camino señalizado para conocer las tinas de la vall del Flequer. El nuevo auge de la enología de calidad y de los productos tradicionales ha ayudado a que diferentes enólogos se hayan interesado en recuperar variedades de cepas prácticamente desaparecidas que se encontraban sólo en estado salvaje. Y una de las tinas se ha vuelto a utilizar para producir vino: ¡la del 2017 es su quinta cosecha!

La ruta de las tinas de la vall del Flequer: recorrido de senderismo y cómo llegar

Jordi nos explicó que en la comarca del Bages hay más de cien tinas catalogadas en diferentes estados de conservación. De ellas, más de treinta se encuentran a lo largo de la orilla del torrente del Flequer, por el camino de senderismo en el que nos encontrábamos: el SL-C 52, de la red de senderos de Cataluña. Una ruta circular señalizada (con marcas blancas y verdes) de algo más de 5 km a través del bosques de montaña mediterránea del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Una ruta fácil, apta incluso para niños, que se hace en un par de horas. Puedes ver el track en Wikiloc o en la página web de la Fedederació d’Entitats Excursionistes de Catalunya.

Barcelona Bages Tinas Grupo Dos

En el camino te encontrarás con las tines de Bleda, dos tinas con sus dos barracas de viña. Luego con las tines dels Tosques, un grupo de cuatro tinas con sus respectivas barracas. Después con las tines de l’Escudelleta, el conjunto más espectacular, con nada menos que once tinas (con una capacidad de casi 18.000 litros), siete barracas y una prensa de vino. Y finalmente con las tines d’en Ricardo: seis tinas, dos barracas y una prensa.

El terreno sigue siendo de la familia de los dueños originarios –los que lo arrendaban a los payeses, cada uno de los cuales tenía su tina– pero ahora lo tiene en gestión la Diputaciò así que el acceso es libre y hay paneles que explican el funcionamiento de las tinas en catalán. Puedes incluso entrar en ellas y ver sus cúpulas que parecen mantenerse íntegras por arte de magia –no hay argamasa ninguna, ¿recuerdas?– o la cerámica que reviste su interior por la parte inferior. Desde fuera, lo más curioso son sus techos cubiertos de tierra – que servía para impermeabilizarlos, a la vez que hacía de aislante térmico– y, ahora, de plantas.

Barcelona Bages Tinas Ceramica Interior

La ruta empieza entre las poblaciones de Pont de Vilomara y Rocafort. En el km 4,2 de la carretera BV-1124 hay un desvío hacia Can Oristrell y un pequeño aparcamiento donde se puede dejar el coche (las coordenadas GPS del parking son 41.708617, 1.894706). Está a unos 20 minutos (18 km) de Manresa y una hora (60 km) de Barcelona capital.

Enoturismo por la comarca del Bagés y tours por las tinas

Hoy en día sigue habiendo muchas bodegas repartidas por el territorio, aunque ya no se utilicen las tinas para producir vino. Son muchas las opciones para hacer enoturismo en la zona, hasta nos comentaron que una empresa, Bages Terra de Vins, tiene una visita que incluye una bodega y una ruta por las tinas, en su web bagesterradevins.cat hay más información. Eso sí, nosotros no la hicimos así que no podemos contarte más. En la web de turismo de la provincia de Barcelona, Barcelona és molt mes, tienes más información sobre la comarca del Bages para inspirarte un poco más.

Barcelona Bages Tinas Grupo Cuatro Arriba

La opción de ir solos por la ruta señalizada y luego visitar alguna bodega por tu cuenta también está genial.

Sea como sea, ¡los castillos del vino esperan a que los “conquistes” en Barcelona!

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