Los guerreros de terracota, la octava maravilla del mundo

China es un país gigantesco –el tercero del mundo en superficie sólo por detrás de Rusia y Canadá– y, a pesar de la revolución cultural, el segundo del mundo en patrimonio de la humanidad por la UNESCO –sólo detrás de Italia–. Con estas premisas, se hace complicado buscar un símbolo reconocible de China en todo el mundo, aunque, rápidamente, dos vienen a nuestra mente: la Gran Muralla y los guerreros de terracota. Ésos fueron los motivos de nuestro viaje y los que definieron nuestro itinerario por China.

Pensar en Xi’an es pensar inevitablemente en los guerreros de terracota. La ciudad está unida a esas figuras de arcilla que han recorrido medio mundo para mostrar la maestría de los artesanos chinos del ¡siglo III a.C.!

Qin Shinhuang, el primer emperador de China

¿Quién podría tener la idea tan megalómana de fabricarse un ejército de miles de soldados que protegiera su tumba? Sólo un gran emperador como Qin Shinhuang, el autoproclamado primer emperador de China –¿no es autoproclamado siempre el primer emperador y los demás aprovechan que existe el cargo?–. Por lo menos, el emperador, decidió que le acompañaran en el más allá figuras de terracota que representaran soldados en lugar de verdaderos soldados sacrificados para ser enterrados junto a él.

La imagen de Qin Shinhuang ha ido cambiado a lo largo de los siglos según quien tuviera el poder en China –de traidor en la dinastía Han a luchador por las clases obreras durante la revolución– pero, de lo que no cabe duda es de que fue el primero que unificó el actual territorio del país bajo un sólo poder. Parte de su legado es también la abolición del feudalismo, la unificación del sistema de pesos y medidas, así como el alfabeto en todo el país y la construcción de carreteras para unir todas las zonas de su imperio… todo esto en el siglo III a.C. y sólo durante los once años que fue el primer emperador de China.

Decía antes que los dos grandes símbolos del gigante asiático son los guerreros de terracota que protegen el mausoleo del emperador Qin Shinhuang y la Gran Muralla. Pues la Gran Muralla también fue cosa suya: mandó construir el primer tramo de la muralla que luego alcanzaría más de 20.000 kilómetros de longitud.

El mausoleo de Qin Shinhuang

Cuando visitamos el ejército de terracota, la tumba del emperador Qin Shinhuang no estaba abierta al público. Según las antiguas leyendas, la tumba era un enorme palacio que representaba el mundo tal y como era conocido en la época, con una cúpula decorada con joyas y pinturas que simulaban la bóveda celestial y un mar de mercurio.

Mi primer contacto con semejante maravilla llegó de la mano del libro Todo bajo el cielo de Matilde Asensi. Más allá de los guerreros, que ya había visto en fotografías y documentales, existía una maravilla aún mayor esperando a ser descubierta… o a que se demostrara que las leyendas eran sólo eso: leyendas. Hemos visto también algún documental con reconstrucciones en 3D y todavía estamos intentando volver a encajar las mandíbulas. En cualquier caso, a día de hoy, todavía no se ha abierto la gigantesca pirámide en la que se encuentra.

Habrá que seguir esperando para visitar ese mundo bajo el cielo que el emperador Qin Shinhuang mandó construir para seguir controlando sus dominios desde el más allá.

Los guerreros de terracota de Xi’an

Lo que sí se ha descubierto y abierto al público son tres grandes excavaciones que forman parte del mausoleo del emperador. Durante siglos –piensa que los guerreros fueron enterrados en el siglo III a.C.–, los agricultores de la zona fueron encontrando trozos de terracota al trabajar sus tierras. Algunos pensaban que las cabezas que aparecían eran de espíritus o dioses y abandonaban el lugar. Otros los tomaban por demonios y quemaban y apaleaban los restos para exorcizar sus campos…

Sin embargo, en 1974, el descubrimiento de unos restos de terracota con formas de soldados a tamaño real –bueno, un poco más grandes del tamaño real–, llamó la atención de Zhao Kangmin, un funcionario del condado de Lintong que se acercó a la zona de Xi’an para comprobar qué habían encontrado. Y halló una maravilla que asombraría al mundo durante décadas –de hecho, todavía lo asombra–: en esa primera fosa más de 6.500 soldados en formación esperaban las órdenes del emperador mientras le protegían tras su muerte.

Museo de guerreros de terracota y caballos del emperador Qin Shinhuang, los guerreros de Xi’an salen a la luz

Después se descubrirían otras dos fosas con más soldados, generales, arqueros, carros… todo un gigantesco ejército de terracota perfectamente conservado. ¿Perfectamente? Bueno, no en su totalidad. Tras la caída de la dinastía Qin –formada por Qin Shinhuang y su hijo Qin Er Shi, que reinó durante sólo durante cuatro años–, las revueltas asolaron su legado y los campesinos saquearon el mausoleo del emperador. Además de llevarse las armas –se supone que portaban armas reales, se han encontrado algunas espadas–, prendieron fuego a los corredores hechos con paredes de tierra pero cubiertos con madera. Éstas, al arder y caer sobre las figuras, rompieron muchas pero también protegieron a otras.

De hecho, más de 40 años después del descubrimiento de la fosa uno, todavía quedan muchos soldados por desenterrar –se cree que más de 4.000–a la espera de descubrir un procedimiento que proteja los colores que decoran la terracota. Sí, estaban coloreadas, pero al contacto con el aire los colores se oxidan y desaparecen en pocos minutos.

Curiosidades de los guerreros de Xi’an

Todo lo que rodea al ejército de terracota es una curiosidad. El simple hecho de que haya resistido más de dos mil años y su propia magnitud ya asombran, pero hay otros detalles que lo hacen todavía más especial.

• En ningunos de los escritos sobre el mausoleo de Qin Shinhuang había mención a este fabuloso ejército de terracota, y eso que lo que se cuenta de su tumba ya desafía las maravillas que uno podría esperar. Fue una completa sorpresa su descubrimiento y… visto lo visto, ¿qué habrá dentro de su mausoleo si de esto no se habló nunca?

• Entre las más de 4.000 figuras que han sido encontradas a lo largo de las excavaciones, no hay dos con los mismos rasgos faciales. Cada cabeza es distinta a las demás: sus ojos, sus facciones, el peinado, la barba o el bigote, las arrugas… Entre todos ellos están representados los rasgos de todas las etnias y tribus que formaban parte de ese primer imperio chino de Qin Shinhuang. Por cierto, los caballos también son diferentes unos de otros.
• Las cabezas y las manos de los guerreros se fabricaban por separado y se encajaban después en los cuerpos.
• El nivel de detalle en las figuras es tal que hasta se puede determinar el grado que ostentaba cada una de ellas dentro del ejército: desde soldados rasos a oficiales. Si te fijas bien, es posible ver hasta el dibujo de las suelas de sus zapatos o los cabellos en sus peinados.

• Se han encontrado dos carros de bronce formados por más de 3.000 piezas que podrían ser réplicas de los que utilizaba el emperador en sus viajes.

Visitar los guerreros de terracota

El uno de octubre de 1979 la excavación de los guerreros de terracota abrió sus puertas al público. Desde entonces, se han descubierto dos fosas más, también abiertas al público. Siguiendo los consejos de la guía, nuestra visita a los guerreros de Xi’an fue en el orden inverso al que han sido encontrados, es decir, de la fosa tres a la uno.

La fosa tres contiene lo que se ha considerado el estado mayor del ejército de Qin Shinhuang,es conocida como fosa de los generales. El lugar en el que se encontraba el comandante en jefe del ejército junto a 86 soldados, casi todos oficiales. Nuestro primer contacto con los guerreros de terracota no podía ser más prometedor, las figuras de la fosa tres están perfectamente restauradas aunque muchas no tienen cabeza.

La fosa dos muestra 1.400 soldados entre arqueros, lanceros, soldados de infantería y de caballería, carros y dos comandantes. En esta fosa hay zonas de museo donde admirar de cerca alguna de las estatuas de terracota restauradas para apreciar hasta el más mínimo detalle.

La fosa uno, la primera descubierta, muestra la imagen más sobrecogedora del ejército del emperador: más de 6.500 soldados y caballos –según estimaciones– en formación de ataque en una superficie de 230 x 62 metros. Sobrecogedor.

¿Por qué en orden inverso? Porque si, de entrada, te encuentras con los más de 2.000 soldados y caballos desenterrados de la fosa uno es posible que los 86 de la fosa tres te parezcan poca cosa… No sabemos qué aspecto tendrán las demás después de asombrarse con el ejército en formación de ataque de la fosa uno, pero nosotros estamos contentos de haber hecho la visita en el orden que la hicimos: cada fosa es más grande y más espectacular que la anterior hasta llegar a creer que es imposible lo que estás viendo y que, como sucedía en La momia 3 La tumba del Emperador dragón, empezarán a andar en cualquier momento.

Cómo llegar al Museo de guerreros de terracota y caballos del emperador Qin Shinhuang

Todo en la ciudad de Xi’an gira en torno a los guerreros de terracota, con lo que no tendrás problema para llegar hasta el Museo de guerreros de terracota y caballos del emperador Qin Shinhuang. Desde el centro hay varias líneas de autobuses que llegan hasta la entrada del museo –el 306, el 914 y el 915– pero no habrá duda en cuanto veas la cola de gente esperando.

Precios y horarios para visitar los guerreros de terracota

El precio del museo de guerreros de terracota y caballos del emperador Qin Shinhuang es de 150 yuanes (120 en temporada baja). El precio incluye también la entrada al mausoleo del emperador Li Shan, al que tendrás que llegar por tus propios medios–.

Una vez que llegues al museo y pagues la entrada, tendrás que caminar alrededor de un kilómetro y medio hasta llegar a la zona de las excavaciones. Todo está preparado para acoger a miles y miles de visitantes al mismo tiempo. Y lo hacen bien, nosotros cometimos el “error” de ir al museo de los guerreros de terracota el 1 de mayo, fiesta grande en China, y cupimos todos. Eso sí, hubo algún que otro empujón y tuvimos que usar los codos para poder acercarnos a las barandillas.

Un consejo: no hagas como nosotros y trata de visitar esta maravilla un día que no sea festivo en China, mil millones de chinos haciendo turismo son muchos y la visita puede perder parte de su encanto. Otro consejo: cuanto antes llegues menos gente encontrarás… a quien madruga Dios le ayuda.

Los horarios: el museo abre todos los días de 8.30 a 18.00 del 16 marzo al 15 de noviembre y hasta las 17.30 el resto del año. Las taquillas se cierran una hora antes.

Como ves puedes ir por tu cuenta sin ningún problema desde Xi’an pero también es posible contratar un tour si no te encuentras cómodo moviéndote por tu cuenta en China.

Más información en la página oficial.

Una de las maravillas de China que, aunque ha viajado por medio mundo y es posible que hayas visto en tu propia ciudad, merece una visita a su “casa”: ver más de 6.000 guerreros de arcilla en formación de ataque protegiendo la tumba del primer emperador de China no tiene precio.