30 edificios religiosos que no te puedes perder

Puedes ser cristiano, musulmán, budista, judío… agnóstico o abiertamente ateo pero, a la hora de ir de viaje, no habrá edificio religioso que se te resista. Catedrales, iglesias, sinagogas o mezquitas están en casi todas las listas de lugares que visitar en prácticamente cualquier parte del mundo. El motivo es evidente. El poder, la influencia y el dinero que las diferentes religiones han recaudado de sus fieles ansiosos de alabar a su Dios por el deseo de una vida mejor –o el miedo a una peor–, ha atraído a los mejores artistas de cada época. Sabemos que nos faltan muchos, pero decidimos hacer un listado con algunos de los templos del mundo que más nos han gustado. Y, ¿por qué nos faltan muchos? Porque todo va en gustos y, sobre todo, porque solo elegimos entre los que hemos visitado hasta ahora… Eso sí, seguimos actualizándolo.

Nos hemos limitado a los edificios religiosos en “activo”, por lo que no están los templos de Luxor o Karnak, el Partenón, los templos de Júpiter y Afrodita de Jerash o las huacas del norte de Perú. Tal vez un día hagamos una lista de templos de religiones antiguas del mundo que más nos han gustado… Lo dejamos apuntado.

Elegir 30 edificios religiosos del mundo ya ha sido difícil. Así que no se nos podía pedir que lo hiciéramos en orden. No lo hay, están los que están y no hay uno por encima de otro. Los hemos agrupado por continentes y por países para simplificar. Solo por eso, para simplificar.

La Catedral Metropolitana de Brasilia, Brasil

Poco podemos añadir a lo que ya contamos sobre esta maravilla de Niemeyer en el artículo que escribimos sobre la Catedral Metropolitana de Brasilia. Un edificio contemporáneo que, por sí solo, ya justifica un viaje hasta la capital de Brasil –si necesitas más motivos, echa un vistazo a Qué ver en Brasilia–. Si el exterior es llamativo, el interior, con ventanales que permiten ver el cielo desde cualquier parte, te deja sin aliento. De noche, se “viste” con una iluminación que va cambiando a lo largo del año. Una curiosidad: encontramos wifi abierta dentro, ¿sería una señal divina?

La iglesia de la Compañía de Quito, Ecuador

Oro. Esa es la palabra para definir la iglesia de la Compañía de Jesús de Quito. Una profusión de dorados –no todo es oro, conste– que cubren desde las paredes al techo de esta iglesia del siglo XVIII en pleno centro histórico de la capital de Ecuador. Un lugar que, si no fuera irrespetuoso, casi habría que visitar con las gafas de sol puestas. Visitar y recordar, porque está prohibido hacer fotos en su interior.

En la línea de iglesia decorada con oro, también nos impresionó la igreja matriz de Nossa Senhora do Pilar de Ouro Preto, en Brasil, y otras iglesias de los Jesuitas como la del Gesù en Roma.

Taktshang, el Nido del Tigre de Paro, Bután

Taktshang, el Nido del Tigre, es uno de esos edificios que desafían toda lógica. Colgado en un acantilado de más de 700 metros de altura, parece imposible que se pudiera levantar en el siglo XVII, de ahí que nacieran las leyendas sobre su construcción. Fue en ese lugar donde Guru Rimpoche –quien introdujo el budismo en Bután– vivió durante tres años, tres meses, tres semanas, tres días y tres horas en el siglo VIII. Solo se puede llegar andando o a caballo, aunque la última parte del recorrido son escalones que hay que hacer a pie sí o sí.

Si tienes la oportunidad de visitar el Nido del Tigre al mismo tiempo que se celebra el tsechu de Paro, tendrás un dos por uno inolvidable.

Los templos jainistas del Monte Ābū, India

Los templos jainista del Monte Ābū son, posiblemente, el lugar construido por el hombre que más nos ha impresionado del mundo. No sabemos si fue el contraste con el resto de la India –por la tranquilidad que se respiraba en el interior de los templos– o la obligación de dejar todo –zapatos y cámaras incluidas– en el exterior que hizo que nos fijáramos más en los detalles. El caso es que, nada más entrar, nos sentamos en el suelo a contemplar las paredes y los techos llenos hasta el último centímetro cuadrado de tallas en mármol durante más de media hora. Media hora antes de que fuéramos capaces de pasar a la siguiente sala. Es lo más parecido al síndrome de Stendhal que hemos sentido.

Como he dicho, no es posible acceder con cámaras de fotos, pero sí es posible hacerlo en otros templos jainistas de India. Aquí tienes una foto de los templos de Ranakpur para que sirva de muestra de una construcción similar.

Kinkau-ji, el templo del pabellón dorado, Japón

Puede que la foto de Kinkau-ji sea una de las más populares de Kioto y de todo Japón, junto con la del torii de Miyajima. Un edificio cubierto de oro –sí, literalmente está cubierto de oro puro– que guarda en su interior reliquias de Buda. El original se levantó a finales del siglo XIV, pero no creas que es el que vas a ver: se quemó varias veces. La última en 1950, así que es una reconstrucción. Pasear por el jardín japonés y asomarse al estanque nos relajó casi como si estuviéramos en un sueño.

La Gran Mezquita del Sultán Qabus, Omán

¿Creías que todos los grandes templos tenían cientos de años de antigüedad o, al menos, sus diseños? Vale, la catedral metropolitana de Brasilia es bastante nueva, pero, ¿no hay templos del siglo XXI que merezca la pena visitar? Pues sí. Para muestra, la Gran Mezquita del sultán Qabus que se terminó de construir en el año 2001, en las afueras de Mascate, la capital de Omán. Mármol de Carrara, dibujos de cerámica en las columnas, una gigantesca lámpara de araña –nos dijeron que la más grande del mundo– con engastes de oro, una alfombra persa de 4.343 metros cuadrados, aire acondicionado… Y, aunque pueda no parecerlo por la descripción, con un gusto exquisito en sus más de ¡400.000 metros cuadrados!

Qubbat as-Sajrah, la Cúpula de la Roca de Jerusalén, Israel

La explanada de las mezquitas es un rincón de paz en Jerusalén y eso es decir mucho. Cuando nosotros la visitamos, pasamos de las aglomeraciones del zoco, de las iglesias y del muro de las lamentaciones a la calma de una explanada casi vacía. Los turistas no pueden entrar a Qubbat as-Sajrah, la Cúpula de la Roca, pero su exterior con los azulejos y la cúpula dorada ya justifican que esté en esta lista.

No necesariamente por su belleza, pero no deberías dejar de visitar los templos de Jerusalén, más allá de la explanada, como la iglesia del Santo Sepulcro.

La Gran Mezquita de Damasco, Siria

La Gran Mezquita de Damasco o Mezquita de los Omeyas es de las mezquitas más antiguas, se levantó en el año 705 –ten en cuenta que el Islam se inició en el año 622–, y más grandes del mundo. La belleza de su patio, de sus fuentes, de su sala de oración… nos dejaron con la boca abierta, por no hablar de los restos de templos romanos que se incorporaron al edificio. El recuerdo de nuestro viaje a Siria es imborrable en nuestra memoria por sus lugares y por sus gentes. Además, no podíamos dejar de incluir el cuarto lugar más sagrado para el Islam tras La Meca, Medina y Masŷid al-Aqsa en la explanada de las mezquitas de Jerusalén.

Los templos de Angkor, Camboya

De acuerdo, con los templos de Angkor hacemos un poco de trampa porque son muchos, pero muchos –aunque la mayoría inactivos… algo más de trampa–. Hablamos de centenares de kilómetros cuadrados con algunos de los templos más famosos de Asia: Angkor Wat, Angkor Thom –donde se encuentra Bayon con sus caras–, Ta Prohm –el templo de Tomb Raider–… Tanto nos gustó, que pasamos ocho días recorriéndolos al amanecer, al atardecer, con sol, con el cielo nublado… Sin duda, el lugar que visitar en Camboya. De hecho, la imagen de Angkor Wat forma parte de la bandera del país.

Wat Phra Kaew, el templo del Buda esmeralda, Tailandia

En el interior del Gran Palacio se encuentra el templo más importante de Bangkok y el más sagrado de toda Tailandia: el Wat Phra Kaew. Y, ¿lo del Buda esmeralda? Porque en la sala de ordenación principal del templo se guarda una pequeña figura, de 66 cm, de un Buda Gautama sentado en posición de loto esculpida en jade –vale, no es esmeralda, pero el color da el pego– con ropaje de oro. La verdad es que incluimos el Wat Phra Kaew no solo por el templo en sí, sino por todo el complejo del Gran Palacio de Bangkok.

No deberías dejar de cruzar la calle al salir para acercarte al Wat Pho, el templo del Buda reclinado, otro de nuestros 8 templos imprescindibles de Bangkok.

El Monasterio colgante de Datong, China

Si el templo del Nido del Tigre de Bután desafiaba las leyes de la gravedad por estar casi colgando en la ladera de una montaña, el Monasterio colgante de Datong te dejará pasmado. Aquí no hay “casi” que valga, el también llamado Monasterio suspendido, no tiene base… Sus más de 1.500 años de antigüedad y la madera con que está construido nos generaron alguna que otra duda a la hora de caminar entre sus salas por las pasarelas flotantes. Una curiosidad, a falta de una religión, el Monasterio colgante de Datong acoge a las tres principales religiones chinas: budismo, taoísmo y confucionismo. Es el único que lo hace.

Las madrasas de la Plaza Registán de Samarcanda, Uzbekistán

Otra pequeña trampa, porque la Plaza Registán de Samarcanda acoge tres edificios religiosos: las madrasas de Ulugh Beg –al oeste–, de Sherdar –al este– y Tilla-Kari –al norte–. Cada una por sí misma ya merecerían un puesto en nuestro listado de edificios religiosos, pero es que la combinación de las tres en la plaza es única, más aún al atardecer. Otra “pequeña trampa” es que la religión no está “muy bien vista” en Uzbekistán y las madrasas son más lugares turísticos que templos activos… pero no dejan de ser templos, ¿no? Seguro que nos perdonas.

La Mezquita-Madraza del Sultán Hasan, Egipto

Nos quedamos con las ganas de incluir los grandes templos del antiguo Egipto, pero no por eso vamos a dejar de lado los del Egipto actual. Bueno, tampoco del todo actual, porque la Mezquita-Madraza del Sultán Hasan de El Cairo se construyó en el siglo XIV… que ya son casi 3.000 años de diferencia frente a Abu Simbel. Fue la primera gran mezquita que visitamos –allá por el año 2005– y dejó huella. Después de una vida viendo catedrales e iglesias católicas, nos encontrábamos con otro estilo completamente diferente. La primera, aunque no la única mezquita de El Cairo que descubrimos.

La Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano

Cualquier cosa que digamos de esta maravilla del Renacimiento y el barroco italiano no le va a hacer justicia: desde la columnata de la plaza hasta la cúpula, pasando por el interior repleto de obras de arte impresionantes… Hay que visitarla una y mil veces para seguir descubriendo detalles –te contamos algunos en nuestro artículo sobre la Basílica de San Pedro–. Está en la Ciudad del Vaticano, pero es imposible no ver también alguna de las otras iglesias de Roma.

Il Duomo de Florencia, Italia

Un poco más de Renacimiento no puede hacernos daño, sobre todo si es en forma de Duomo de Florencia. Uno de los conjuntos más armoniosos –con el campo de los milagros de Pisa– de catedral, baptisterio y campanario. Es, tras la catedral de Milán, la segunda más grande de Italia –recuerda, San Pedro está en otro país– y, cuando se construyó en 1436, la más grande del mundo. Los frescos de la cúpula, los relieves del campanario, las puertas y el mosaico del baptisterio… Prepara tus piernas, porque también tendrás que subir para ver la ciudad desde arriba.

La iglesia de Santa Magdalena en la Val di Funes, Italia

Tenemos que confesar que no la visitamos por dentro, pero es que la estampa de la iglesia de Santa Magdalena al pie de los Dolomitas nos impresionó tanto que no hizo falta. La mezcla perfecta de una pequeña iglesia de montaña –con techo a dos aguas y un campanario afiladísimo– y unas imponentes montañas de picos nevados. Por si fuera poco, también se unieron a la fiesta visual el verde del prado que rodea al pequeño pueblo y el azul intenso del cielo sobre las montañas –con sus correspondientes nubes algodonosas–. ¿Qué más se puede pedir? Un paisaje de los Dolomitas imprescindible.

La stavkirke de Urnes, Noruega

Encontrar una iglesia de madera del siglo XII no es algo que suceda todos los días. Bueno, en Noruega es un poco más fácil, porque han sobrevivido 28 en todo el país. La stavkirke de Urnes es una de las más antiguas y la primera que visitamos nosotros en nuestro viaje por el país –aquí tienes nuestro itinerario de viaje por Noruega–. El verde del césped y del bosque que la rodean, el pequeño cementerio, el negro de sus paredes y tejado… fue una experiencia increíble que hizo que la cuesta que tuvimos que subir desde la orilla del lago bajo la lluvia se nos olvidara.

La Catedral de San Basilio de Moscú, Rusia

Es de sobra conocida la forma de la Catedral de San Basilio con sus coloridas cúpulas bulbosas en la Plaza Roja de Moscú. Algo menos conocido es que su nombre real es Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo o Catedral del Manto de la Virgen sobre el foso. Ya le dedicamos un artículo a la historia y curiosidades de la catedral de San Basilio.¿Sabías que Napoleón se la quiso llevar piedra a piedra a París? Además, ¡mi primer salto fue delante de ella!

Santa Sofía, Turquía

La historia de Santa Sofía, Hagia Sophia, es la historia de la ciudad en la que se encuentra: Estambul. Se construyó en el año 360 –así, sin mil delante– y durante más de un milenio fue una catedral ortodoxa bizantina. En 1453 fue convertida en mezquita, función que desempeñó durante casi cinco siglos. Se transformó en museo en 1935 y por eso no la habíamos incluido en nuestra primera versión del listado de edificios religiosos. ¿Qué ha cambiado para que esté ahora? Que en 2020 volvió a convertirse en mezquita. Las cúpulas, los mosaicos, los medallones, los minaretes… Es imposible no enamorarse de Santa Sofía.

La Mezquita Azul de Estambul, Turquía

Rivalizando en belleza con Santa Sofía, la Mezquita Azul o Mezquita del Sultán Ahmed de Estambul muestra orgullosa sus seis minaretes –es la única de la ciudad con esa distinción–. Si te estás preguntando por qué se llama mezquita Azul es porque todavía no has entrado: los azulejos que cubren sus paredes y el interior de sus cúpulas son de ese color.

La Sagrada Familia de Barcelona, España

La obra cumbre de Gaudí. La maravilla que se alza en Barcelona. La Sagrada Familia. Lleva años siendo uno de los edificios religiosos que más nos gustan a pesar de que sigue sin estar acabada –y la pandemia parece que va a retrasar la fecha prevista de 2026, el centenario de la muerte del arquitecto–. La demostración de que los sueños se pueden llegar a construir, de que se puede levantar un bosque con columnas y paredes de luz.

La Catedral de León, España

Si buscas una catedral gótica, estás buscando la Catedral de León –la Pulchra Leonina, o Bella Leonesa–. Nada menos que 1.800 metros cuadrados de vidrieras, comparables a las de su contemporánea –siglo XIII– Sainte-Chapelle de París. Para nosotros, además, tiene un significado especial, porque desde sus puertas comenzamos nuestro Camino de Santiago. De hecho, yo lo he comenzado dos veces desde allí.

La Mezquita-Catedral de Córdoba, España

Si hablábamos antes de la historia de Santa Sofía, la de la Mezquita-Catedral de Córdoba tampoco es poca cosa. La tradición cuenta que Abderramán I la levantó sobre una antigua iglesia cristiana en el año 785. Desde ese momento, el edificio sirvió de mezquita hasta la conquista de la ciudad en 1236, cuando pasó a ser catedral. Poco importa el culto que se desarrolle en su interior, lo que nos “obliga” a incluirla en el listado es su “palmeral” de columnas y arcos interior. Te contamos más en nuestro artículo sobre la Mezquita-Catedral de Córdoba.

Sant Climent de Taüll, España

Una torre con casi mil años de antigüedad –la iglesia de Sant Climent de Taüll fue consagrada en el año 1123– en un valle pirenaico entre montañas. A diferencia de en la iglesia de Santa Magdalena en la Val di Funes, aquí sí que entramos. ¿Por qué? Porque su arquitectura románica es mucho más interesante y porque, aunque queda poco, aquí había unos frescos decorando las paredes que no te puedes perder –queda poco, porque la mayoría está en el MNAC en Barcelona–. Nos ha costado elegir, porque la Vall de Boí está llena de estas joyas del románico, pero la iglesia de Sant Climent es la más icónica.

La Catedral de Notre Dame de París, Francia

Uno de los edificios religiosos más reconocibles del mundo con sus dos torres y sus gárgolas en pleno centro de la Île-de-France. La Catedral de Notre Dame ya estaba construida 150 años antes de que Colón descubriera América y sigue sorprendiendo la precisión de sus detalles y la elegancia de su línea. Quasimodo no podía elegir mejor lugar para vivir… ¿o algo de la fama de la catedral se deberá a la novela de Victor Hugo? Después del incendio que acabó con su aguja y parte de la bóveda en 2019, todavía no se sabe cuándo acabará su restauración.

La Catedral de Chartres, Francia

La superficie de las vidrieras medievales de la Catedral de León es la segunda del mundo. Y, ¿cuál es la primera? Pues la de la Catedral de Chartres, en Francia. A diferencia de otras catedrales con siglos de historia, la de Chartres se levantó en “tan solo” 30 años y, por eso, su estilo es único: puro gótico. Desde los portales de sus tres fachadas y sus dos campanarios hasta el laberinto y el muro de la girola del interior. Si tienes ocasión, visita la ciudad en verano y disfruta de la iluminación nocturna, te lo contamos en nuestro artículo Chartres en lumières: un deslumbrante espectáculo de luz y sonido.

El Monasterio de Rila, Bulgaria

¿Un monasterio rodeado por una muralla de hasta 22 metros de alto? Sí, exactamente así es el Monasterio de Rila, en Bulgaria. El más grande y más famoso de los muchos que hay en el país. Llegar hasta allí en pleno diciembre ya fue una aventura. Se encuentra en mitad de un bosque cerca de las montañas, por mucho que sea una excursión típica desde Sofía. Un bosque cubierto de un manto blanco que luchaba por nuestra atención con los frescos de la iglesia de la Natividad de la Virgen y el resto de edificios del complejo. Es posible quedarse a dormir en una de sus habitaciones para completar la experiencia. Nosotros dormimos en un monasterio en Bulgaria, pero fue en Bachkovo.

La Catedral de San Patricio, Irlanda

El santo por excelencia de Irlanda tenía que tener su catedral en la capital –ojo, que hay dos catedrales en Dublín–. La que verás hoy en día es del siglo XII, pero ya antes había una iglesia de madera del siglo V. El coro, las tumbas, los recuerdos de guerras pasadas –incluso estandartes de ejércitos–, el suelo original… ¿Sabías que Jonathan Swift, el autor de Los viajes de Gulliver, fue deán de la Catedral de San Patricio?

Las Iglesias de la Paz de Jawor y Świdnica, Polonia

Son iglesias, pero no lo parecen. Nada más entrar en las iglesias de la Paz de Jawor y Świdnica nos pareció que estábamos en un teatro. Los palcos, los balcones, el escenario… ¿Por qué? Porque para conseguir el permiso de construcción, a mediados del siglo XVII, debían seguir unas reglas estrictas que las distinguieran de las iglesias católicas. Con materiales perecederos, sin clavos o piedra, sin campanarios ni campanas y las obras solo podían prolongarse por un año. El desafío fue un acicate y todavía hoy sobreviven dos de las tres que se levantaron, siendo los edificios religiosos de entramado de madera más grandes de Europa.

El Monasterio de los Jerónimos, Portugal

No podíamos dejar fuera del listado a la joya de la corona de Lisboa: el Monasterio de los Jerónimos. El Rey Don Manuel decidió tirar la casa por la ventana y construir un monasterio capaz de asombrar incluso cinco siglos después. El interior de la iglesia es un catálogo de grandes personajes de Portugal, además de una obra maestra arquitectónica. Pero, donde no sabrás a dónde mirar es en su claustro: cuenta esferas armilares, cabos de barcos, flores, columnas… Sin olvidar la capilla y su columna paraguas o palmera o… maravilla.

Y tú, ¿cuáles son tus edificios religiosos favoritos?