Las Bardenas Reales, el valle de la muerte español

¿Un desierto de piedra en el norte de España? El parque natural de las Bardenas Reales, en Navarra, es mucho más que un desierto, aunque ésa sea su postal más conocida. Parece que un trozo de tierra hubiera sido arrancado del centro de Arizona y dejado caer sobre la zona media de Navarra. El amarillo, el naranja y el ocre contrastan con las mil tonalidades de verde que uno encuentra en los alrededores casi tanto como la sequedad frente a los bosques de montaña.

La Bardena Blanca

Las más de 40.000 hectáreas del parque natural de las Bardenas Reales se dividen en tres grandes zonas: el plano, la Bardena blanca y la negra. Es la Bardena blanca la que sorprende por sus formaciones rocosas y sus colores claros a todo el que la ve. Pistas de tierra en mitad de un desierto blanco, el escenario perfecto para muchos de los anuncios de coches que vemos cada día en televisión,: eso es la Bardena blanca. Seguro que, si nos ponemos a pensar, reconocemos alguna de sus formaciones rocosas junto a grandes coches relucientes. Nos contaron que es habitual encontrar a equipos de rodaje de anuncios, aunque nosotros no encontramos ninguno.

Tan desértica y plana –con una visibilidad casi perfecta– es la zona, que fue entregada al ejército del aire que construyó un campo de tiro –un rectángulo que se rodea con el coche, no está permitida la entrada, y que marca la ruta principal dentro del parque–. De hecho, la carretera de acceso al parque fue construida para llegar hasta él.

Haz click para ver el mapa del parque natural de las Bardenas Reales.

El origen de las Bardenas

El origen de las Bardenas es muy parecido al que, en su día, descubrimos de los tepuys de Venezuela. No se trata de que el terreno se haya elevado debido a la unión de placas tectónicas. Al contrario, es terreno que se ha erosionado –debido a torrentes de lluvia y a la acción del cierzo, un viento que atraviesa la zona– dejando los cabezos como último testigo de la altura a la que se encontraba el suelo hace millones de años.

Las rocas de las Bardenas son sedimentarias y la erosión no las afecta por igual. Como sucede con las chimeneas de hadas de la Capadocia, una roca más dura coronando la formación es la que protege al resto. Eso sí, el proceso de erosión no se detiene y dentro de unos años las rocas superiores desaparecerán. Pero tranquilos, ¡quedan unos cuantos cientos de años de maravilla para que se pueda disfrutar!

Cómo llegar al parque natural de las Bardenas Reales

Son dos los accesos principales al parque natural de las Bardenas Reales, concretamente a la zona de la Bardena blanca. Al sur de Arguedas, por la NA-134, se encuentra la carretera del parque natural que lleva hasta el centro de información de Bardenas Reales –donde coger mapas, preguntar por rutas, ir al baño…– y después a la entrada del campo de tiro. El otro está al sur de Carcastillo por la NA-128: una pista de tierra lleva hasta El Paso, punto en el que se accede a la zona norte del parque natural de las Bardenas Reales.

Existen otros accesos a la zona sur, la negra. Desde Tudela siguiendo la NA-125 hacia Aragón o desde Valareña (Aragón) por la A-125 hacia Navarra. Junto con una pista de tierra al sur de Fustiñana por al NA-126, que más al sur entra en el parque.

Horarios para visitar las Bardenas Reales

Es posible visitar las Bardenas Reales desde las 8.00 hasta una hora antes de anochecer. El centro de información abre de 9 a 14 y de 15 a 17 de septiembre a marzo. El resto del año abre de 9 a 14 y de 16 a 19. Durante los días de Semana Santa el horario es ininterrumpido de 9 a 19.

Castelditierra y otros símbolos de las Bardenas Reales

Nuestra entrada fue por el acceso principal con parada en el centro de información. A pocos metros se encuentra el mirador desde el que hacerse una pequeña idea de lo que es la Bardena blanca –pequeña idea porque, conforme el coche se acerca, el asombro va en aumento–.

La imagen más conocida del parque natural de las Bardenas Reales es el Cabezo de Castildetierra, que está en la esquina noroeste del campo de tiro. Se puede llegar a él desde la puerta del campo girando a la izquierda o por una pista de tierra que sale hacia la izquierda poco después del centro de información.

El pico, con su roca en la cima, destaca solitario en una zona plana. Los colores de la roca sedimentaria cambian de una cara a otra y conforme sube el pico. Las huellas de la erosión se ven claramente en forma de surcos en las laderas. Difícil describir con palabras la belleza de esta chincheta colocada para destacar un lugar tan impresionante como las Bardenas Reales en el mapa, como una marca en un mapa a tamaño real.

Rutas en bicicleta y senderismo en las Bardenas Reales

Nuestra ruta por las Bardenas Reales fue, principalmente, en coche. Llegamos hasta la entrada del campo de tiro y giramos a la izquierda hacia el Cabezo de Castildetierra. Desde allí volvimos a bajar hacia la entrada del campo hasta llegar a la esquina suroeste –un poco antes bajamos a visitar el embalse de Zapata que se encuentran dentro de la zona militar a las que se puede llegar andando–. Continuamos rodeando el campo hasta superar la esquina sureste donde volvimos a dejar el coche para ir a La Ralla y El Rallón. Y salimos por el acceso norte, atravesando la Bardena blanca alta hasta El Paso.

Existen nueve recorridos señalizados para bicicletas, BTT, en toda la superficie del parque natural de las Bardenas Reales: en el Plano, en la blanca, alta y baja, y en la plana de la negra. El recorrido que seguimos nosotros en coche se corresponde con el número 3 de bicicleta.

Las rutas a pie por las Bardenas Reales señalizadas son tres. Desde Castildetierra sale una que recorre el barranco de las cortinas –al oeste del aparcamiento–. Un poco más al sur, junto a la zona militar, está el sendero del Cabezo de las Cortinillas –con unos escalones de hormigón–. La tercera está en la plana de la negra y va al mirador del Fraile.

La Ralla y el Rallón, nuestro paseo a pie por la Bardena blanca

No está señalizado, pero es fácil de seguir. Poco después de la esquina noreste, siguiendo por el lado norte del campo de tiro, se encuentra un desvío con un cartel de protectora de animales. Se trata de una zona de anidamiento de aves y no está permitido el paso en época de cría. Cuando fuimos nosotros no había cartel que prohibiera el paso y allá que fuimos. El camino se adentra por una especie de valle entre La Ralla y El Rallón para acabar subiendo –por dónde es algo que tendrás que descubrir tú– hasta este último. Aquí puedes ver la ruta que seguimos nosotros hasta la cima de El Rallón.

Llegamos un poco tarde y pensamos que la puesta de sol desde allí tendría que ser espectacular. Lo fue. El problema fue que, una vez que el sol se puso, no quedaba mucha luz ni para bajar por el camino hasta donde habíamos dejado el coche, ni para salir del parque.

Puedo asegurar que conducir por la pista de tierra hasta llegar a la carretera de noche cerrada no es un camino de rosas. En ese tramo fue donde nos encontramos con una liebre, un sapo y un búho y, por suerte, no hubo más sorpresas… porque en el parque también hay jabalíes. El parque está abierto hasta una hora antes de anochecer, pero asumimos que esa limitación era para entrar y que, una vez dentro, se podía salir después.

Consejos para visitar las Bardenas Reales

Si vas a un desierto como son las Bardenas Reales los consejos prácticos son los de siempre en estos casos: llevar agua, protector solar, gorra para la cabeza y unas buenas gafas de sol que el blanco de la roca sedimentaria refleja mucho. Sin olvidar las ganas de andar y la cámara de fotos.

Una maravilla de otro planeta o, al menos, de otra parte del planeta, en Navarra –haciendo frontera con Aragón– que, aunque conocida y vista en fotos no deja de sorprender. Tenemos que volver para recorrer el resto de Bardenas Reales.