Algo bueno tenía que tener el haberme hecho unas rozaduras importantes en los empeines mientras probaba el paddle surf en la playa de Valdevaqueros… El clima en Tarifa es cambiante, no sólo por el viento, y si el día de antes no habíamos podido ir al parque natural de los Alcornocales, ese día sí era posible. Me perdía la salida de buceo en Tarifa –ni se me pasaba por la imaginación colocarme unos escarpines– pero, a cambio podría pasear por un bosque de laurisilva. En el caso de que sepas lo que es, lo primero que te habrá venido a la cabeza es la laurisilva canaria. Otro motivo más para volverse loco en Tarifa, por si el viento, el desierto, Baelo Claudia o el calamar gigante no fueran suficientes… en Tarifa hay también laurisilva.
Qué es un bosque de laurisilva
Vale, muchos no tendréis ni idea de qué os estoy hablando. Empezamos por la parte sencilla, el nombre. Laurisilva se debe a la presencia de plantas de hoja tipo laurel, parece evidente ¿no? Pero lo que lo hace especial es que se trata de un bosque nuboso subtropical también llamado selva templada. ¿Subtropical? Estamos en Tarifa, a más de mil kilómetros del Trópico de Cáncer. ¿Selva? En Tarifa hay varias dunas de arena desértica.
Sí, Cabo Verde, Madeira, Iguazú, Borneo, Venezuela, Canarias… y Tarifa. ¿No es para estar loco?
Laurisilva en Tarifa en el parque natural de los Alcornocales
Si eres capaz de superar tus reticencias y te acercas al parque natural de los alcornocales, conocido como la selva virgen europea, te encontrarás con un lugar mágico cubierto de verde que parece sacado del bosque más cerrado de un cuento de hadas. Según te vayas internando comenzarás a creer en caballeros de brillante armadura, castillos encantados, duendes y hasta esperarás ver aparecer un dragón en cualquier momento.
El origen de este bosque se remonta a la Era Terciaria, hace millones de años, cuando el clima tropical dominaba la cuenca del Mediterráneo y la laurisilva cubría los países costeros. Hoy en día la laurisilva está limitada a los canutos, valles profundos y estrechos que forma el río Guadalmesí y el resto de arrollos en el interior del parque.
Moverse por el parque es relativamente sencillo, aunque también es posible contratar un paseo con guía para no tener que preocuparse por el mapa y dedicarse sólo a disfrutar y a hacer fotos. En mi caso iba así. Mientras el resto del grupo se ponía el neopreno y se calzaba las aletas, Nieves, de Genatur, se ofreció a llevarme al Parque Jurásico –licencia poética, ¿eh? que los entendidos no se enfaden que sé que el Jurásico se incluye en la Era Secundaria– de Tarifa. De todas formas no se trata de un parque congelado –más allá de lo congelada que está en el tiempo la laurisilva–, en el paseo es fácil ver alcornoques a los que se les ha sacado el corcho o rebaños de vacas pastando.
A pesar de lo impresionante del lugar no encontramos a casi ningún otro paseante. Nieves me contó que son bastantes lo que pasan por aquí, pero que sigue siendo fácil, por el tamaño del parque, más de 170.000 hectáreas–desde Ubrique hasta Tarifa–, no cruzarse con nadie. Silencio. Bueno, silencio de ciudad: nada de motores, claxons, sirenas… pero sí pájaros, viento en las hojas y el agua moviéndose por las gargantas.
Rutas en el parque natural de los Alcornocales
Un bosque nuboso es el mejor sitio para escapar del calor en verano, no sólo por la temperatura más baja que le da la humedad, sino también por la cantidad de sombra, y durante el invierno también es un lugar ideal, con una temperatura más moderada. Así que, ¿cómo no iba a haber un buen número de rutas de senderismo que atraviesan el parque? Existen rutas de entre una y cinco horas y de dificultad media y baja… todos pueden andar en el parque. Es posible también recorrer el parque en quad, a caballo o en bicicleta.
Más cosas que hacer en Tarifa:
- Kitesurf, Windsurf, paddle surf: donde el viento coge carrerilla
- Bolonia, del desierto a Baelo Claudia y la antigua Roma
Muchas gracias al ayuntamiento de Tarifa y a Genatur, en especial a Nieves, por la organización y la ayuda en este viaje.