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Turismo en Bucarest: mis imprescindibles

Puede que Bucarest no sea la ciudad más atractiva del mundo, pero también hay bastante que ver y disfrutar en la capital rumana. Aquí van unos cuantos lugares de interés de Bucarest: mi lista de imprescindibles. Sí, también merece la pena hacer un poco de turismo en Bucarest, antes de “escaparse” hacia el resto del país.

Bucarest Libreria Carturesti Carusel

El palacio del parlamento rumano (Palatul Parlamentului)

Primera y fundamental etapa de cualquier viaje a Bucarest: el Palacio del Parlamento rumano. Eso sí, no se visita todo, y no me extraña: ¡365.000 metros cuadrados en veinte plantas darían para unas cuantas visitas! Pensad que se distingue desde el espacio.

Enorme, ostentoso, incluso rozando el kitsch en muchas ocasiones. Ceaușescu quería impresionar con la construcción del segundo edificio administrativo más grande del mundo –el primero en un solo inmueble, ya que el Pentágono tiene más de uno– y está claro que sigue consiguiéndolo incluso después de muerto.

Bucarest Palacio Parlamento Rumano

Se empezó a construir en 1984 y en 1999, con la caída de Ceaușescu, todavía estaba sin terminar. Se pensó en demolerlo, pero había sido uno de los edificios administrativos más caros del mundo y la demolición también iba a salir muy cara, así que sigue entre nosotros y todavía con partes por terminar –lo mismo que pasó con el Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia con la independencia de Polonia–.

¿El estilo? Ecléctico… o sea, ¡un poco de todo! Elementos de la arquitectura tradicional rumana, renacentistas, barrocos, ¡que no falte de nada! Se construyó con mármoles, maderas y otros materiales nobles provenientes de todas las esquinas del país. Colores, combinaciones, tamaños… ¡todo es exagerado! Pero hay que verlo. Si os gustan los datos curiosos, en la web de la World Record Academy podréis encontrar unos cuantos sobre este edificio… ¡y todos muy exagerados por supuesto! Ah, en sus salas se organizan eventos, bodas incluidas.

Información práctica
 Horarios y precios: el palacio está abierto a diario entre las 10h y las 16:00h (a las 15:30 sale el último tour) aunque es mejor reservar con antelación. El precio de la visita estándar es de 25 LEI (5,6 €) y para hacer fotos hay que pagar otros 30 LEI (6,7€). Más información sobre cómo reservar, los horarios de visita y los precios en la web del Palacio del Parlamento.

La librería Cărtureşti Carusel

Hay una Bucarest comunista, ostentosa y un poco hortera pero también hay otra contemporánea e incluso hipster. La librería Cărtureşti Carusel es una buena representante de esta segunda cara más fresca de la capital rumana.

Librería es, en realidad, una palabra un poco restrictiva para definir este espacio de seis plantas y mil metros cuadrados que incluye un restaurante y café en la última planta, un sótano con un espacio multimedia y una galería de arte contemporáneo en el primer piso.

Bucarest Cafe Carturesti Carusel

Todo ello en un elegante edificio del siglo XIX adquirido a principios del XX por una famosa familia de banqueros y confiscado en el periodo comunista. Con la democracia el edificio fue recuperado y restaurado y en 2015 ha vuelto a abrir sus puertas.

Sin duda, uno de mis rincones favoritos de la ciudad.

Información práctica
 Horarios: abierta todos los días de 10h a 24h
Web de la librería

El centro cultural ARCUB en el ex Hanul Gabroveni

Muy cerca de la librería, hay otro ejemplo del mismo tipo: la recuperación de otro edificio histórico con toques contemporáneos y “modernillos”. Hablo del edificio que ocupaba el Hanul Gabroveni, la posada Gabroveni –aunque he encontrado versiones según las cuales en realidad no se trataría de este edificio como indica la versión oficial, hay una polémica en este sentido–.

Bucarest ARCUB Hanul Gabroveni

En cualquier caso, ahora es la sede del ARCUB, Centrul Cultural al Municipiului București, un centro cultural con diferentes salas de exposición y en el que se realizan también talleres. Cuando fuimos había una exposición muy interesante de fotos de la ciudad de inicio del siglo XX. El edificio es muy curioso, aunque desde fuera quede un poco desapercibido.

Información práctica
 Horario: El lunes está cerrado y el horario en el resto de los días se puede consultar en la página web de ARCUB.

Curtea Veche: la primera corte real rumana

En una vuelta por el centro histórico de Bucarest, el centrul vechi, no puede faltar una visita a su corazón: el Curtea Veche, la corte vieja, la primera corte real rumana. Desde el siglo XIV en este sitio ya había una ciudadela fortificada, ciudadela que un tal Vlad Tepes, príncipe de Rumanía, fortificó y convirtió en residencia real en el siglo XV. ¿Os suena Vlad Tepes? Sí, sí, ése, ¡el que inspiró el personaje de Drácula! Hay un busto dedicado a él, ¡cómo no! Es la superstar de Rumanía.

Bucarest Curtea Veche

En el siglo XVIII, como consecuencia de un gran incendio y un terremoto que arrasaron con la casi totalidad de la ciudad, la corte vieja fue abandonada y se construyó una nueva corte real, la Curtea Nouă, o corte nueva. Hoy, en el sitio arqueológico que ocupa las ruinas de la corte vieja, hay un museo: el Muzeul Palatul Voievodal Curtea Veche.

Desde ahí merece la pena visitar la iglesia de San Antón, o iglesia de Curtea Veche, y el Hanul Manuc, la posada de Manuc, el hotel más antiguo de Bucarest. Se puede entrar en el patio y comer en su restaurante.

Información práctica
 Horarios y precios: abierto todos los días de 9h a 17h. El precio entero es de 6 LEI y la tasa para hacer fotografías o vídeos es de 15 LEI, más información en la página web del museo Palatul Volevodal Curtea Veche 

El Ateneo Rumano (Ateneul Român)

Otro de los edificios históricos más emblemáticos de la ciudad es el Ateneo Rumano, sala de conciertos inaugurada a finales del siglo XIX y actual sede de la Filarmónica George Enescu. El edificio, de estilo neoclásico, es del mismo arquitecto francés que proyectó el Banco Nacional de Rumanía, otra parada obligada en el centro de Bucarest. Sus columnas jónicas y planta circular recuerdan un templete clásico –sí, puro estilo neoclásico– y en en el vestíbulo hay techos decorados con frescos y pan de oro, columnas de mármol rosa, y todo tipo de decoración poco sobria imaginable. Desafortunadamente, no pudimos pasar el vestíbulo porque, después de un día corriendo por el resto de atracciones de la ciudad, llegamos tarde a la visita que teníamos concertada.

Bucarest Ateneo Rumano

Una curiosidad: su construcción se financió casi en su totalidad con donativos de la gente de Bucarest en una de las primeras campañas de fundraising de Romania y que todavía se recuerda: «Dați un leu pentru Ateneu”, dona un leu –la moneda local– para el Ateneo.

Bucarest Ateneo Rumano Interior

Información práctica
Se puede visitar el Ateneo sólo previa reserva, en la web de la Filarmónica George Enescu (en rumano) vienen los datos de contacto (ninguno electrónico). Otra opción es pasarse por la taquilla del teatro a preguntar en los horarios de apertura de la taquilla.

El Palacio Cotroceni

El Palacio Cotroceni, Palatul Cotroceni en rumano, es la única residencia oficial en Rumanía que ha sido utilizada durante más de cuatro siglos. De hecho, hoy en día sigue siendo residencia presidencial, además de museo: el Museo Nacional Cotroceni.

Se encuentra en las afueras de la ciudad así que muchos turistas lo pasan por alto. Error… por lo menos si es apasionado de los palacios y de la pompa. La historia de este complejo palaciego es muy intensa, en la web del museo podréis conocer más sobre ella. Ha sido monasterio, residencia real y hasta colegio. Y después de guerras, revoluciones y terremotos, todavía hay partes que siguen intactas, mientras que otras han sido reconstruidas durante siglos. Hay hasta unas bodegas medievales que siguen en pie… Eso sí, no se pueden hacer fotos.

Información práctica
Horarios y precios: Abierto de martes a domingo de 9.30h a 17.30h (última entrada a las 16.30). Precio: 12 LEI, más información en la página web del Museo Nacional Cotroceni 

Los jardines Cișmigiu

Ir a un parque urbano un fin de semana siempre ayuda a conocer la cara más bonita de las ciudades. La gente va a relajarse, a pasar el rato con sus amigos o en familia, así que todos están felices, hay vegetación, barquitos en los lagos… es como un pequeño oasis dentro del caos de las urbes, donde el tiempo y el espacio son más relativos que en cualquier otro sitio.

Bucarest jardines Cismigiu

En Bucarest pasa exactamente lo mismo. Si hay que elegir un parque, que sea el más antiguo y más grande del centro de la ciudad, ¿no? Así que nos fuimos a dar un paseo por los jardines Cișmigiu. Con la suerte, además, que se celebraba la Paste, la Pascua ortodoxa, así que nos encontramos con puestos llenos de huevos de Pascua decorados al estilo rumano. También había puestos de comida de todo el país, con sus vendedores vestidos con trajes típicos, conciertos de música tradicional y más actual… ¡la que tenían montada!

Pasajul Macca-Vilacrosse

El pasaje comercial Macca-Vilacrosse es otro de los rincones un poco escondidos de la capital rumana que hay que ir a buscar. Se trata de una galería con techos de cristal de colores de finales del siglo XIX que se divide en dos calles en las que hay desde restaurantes chinos a un wine bar, pasando por un restaurante egipcio con sus cachimbas. Me pareció además un símbolo de la ciudad: balanceándose sin caerse entre lo bonito y lo decadente, entre lo antiguo y lo contemporáneo, entre lo local y lo cosmopolita.

Bucarest Pasajul Macca Vilacrosse

Una curiosidad: el pasaje coge el nombre de sus dos bifurcaciones, llamadas Macca, por el nombre del cuñado del constructor y Villacrosse, arquitecto catalán y dueño del hotel que antes ocupaba este sitio, al heredarlo de su suegro.

Plazas, iglesias y museos

Hay mucho más que descubrir en la ciudad. La vida de sus grandes plazas, como la Plaza de la Revolución, en la que revivir los momentos de la caída de Ceaușescu; la enorme y caótica Plaza de las Naciones Unidas; la más grande aún Plaza de la Unión o la Plaza de la Universidad con el contemporáneo teatro nacional. Sus museos como el Museo Nacional de Arte de Rumanía, el Museo del campesino rumano –sí, ¡así se llama Muzeul Taranului român!– o el Museo Satului, en un parque en el que se han traído 70 casas tradicionales de toda Rumanía, como en el Norsk Folkemuseum de Oslo; o las pequeñas iglesias ortodoxas, más o menos originales o reconstruidas, que contrastan con los grandes edificios de la ciudad.

Bucarest Plaza Revolucion

Mis primeras impresiones sobre la capital rumana se confirmaban… ¿Creéis que Bucarest merece una visita?

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