Hoy voy a barrer para casa y voy a hablar de mi región: de turismo en las Marcas –Marche–, en Italia. ¿Quién sabe dónde está? Según mis datos empíricos, después de encuestas hechas en los casi 12 años que llevo en España, el 1,09% de la población española, correspondiente a quién haya tenido una novia o un novio en esa región durante su Erasmus, haya pasado por casualidad o haya ido por negocios. Vale, me acabo de inventar este dato y no he hecho ninguna encuesta, pero seguro que no ando muy desencaminada. La prueba es que, cada vez que me preguntan de dónde soy, tengo que sacar el mapa para explicarlo.
El artículo con el que me estrené en el blog, y que escribí hace casi tres años, se titulaba “Un tesoro escondido en el corazón de Italia” y estaba dedicado a las Marcas. Era un poco “ñoño”, así que, para compensar, éste será más práctico. Pero el objetivo es el mismo: que se empiecen a conocer zonas menos trilladas de Italia pero igualmente ricas en patrimonio, como mi región. Así que éste es mi resumen de qué ver y qué hacer en las Marcas. ¡Verás como te vas a sorprender! Arte, pueblos encajados entre colinas, comida: ¡nada que envidiarle a la Toscana!
Desafortunadamente no tengo muchas fotos porque, siendo mi región, he visitado desde pequeña casi todos sus rincones pero sin cámara. ¡Habrá que arreglarlo!
Dónde están las Marcas y cómo llegar
Lo primero es lo primero, entender dónde están las Marcas. Es una región del centro de Italia, que se encuentra entre los montes Apeninos, al oeste, y la costa del mar Adriático, al este. No hay mejor explicación que un mapa, así que ¡aquí está! Hay un aeropuerto, el aeroporto Raffaello Sanzio de Ancona, que en realidad está en Falconara, pero no tiene casi ningún vuelo internacional. Los aeropuertos internacionales más cercanos son los de Roma y de Bolonia, desde ahí se puede llegar fácilmente en tren o en coche.
Una curiosidad
Ciudades, arte y patrimonio de la Humanidad en las Marcas, Italia
Lo primero: en las Marcas no hay ciudades grandes. Hay pequeñas aldeas, pueblos, grandes pueblos y pequeñas ciudades. La prueba es que su capital, Ancona, supera por poco los 100.000 habitantes. Eso sí patrimonio no falta, ¿sabías que en las Marcas está la mayor densidad de museos y pinacotecas de toda Italia?
Jesi: “mi pueblo”
He dicho que la entrada iba a ser práctica, pero no dije nada de ser objetiva. Así que la primera “ciudad” va a ser Jesi, la mía. Llamadlo pueblo grande, pequeña ciudad o como queráis –tiene unos 40.000 habitantes y yo suelo decir que es “mi pueblo”–, pero merece una visita, y no, ¡no es porque es donde he nacido! La muralla medieval muy bien conservada, la estupenda iglesia románica de San Marcos, el renacentista palazzo della Signoria y la colección de la pinacoteca comunale son prueba de ello.
Urbino: patrimonio de la humanidad de la UNESCO
El centro histórico de Urbino –otro gran pueblo o pequeña ciudad con sus 15.000 habitantes– es el único sitio que ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en las Marcas. Se trata de una “ciudad palacio”, construida en la cima de una colina alrededor del una de las obras maestras de la arquitectura renacentista italiana: el palacio ducal que mandó construir el duque Federico da Montefeltro, uno de los grandes hombres de estado y mecenas del siglo XV en Italia. Dentro del palacio se encuentra la Galleria Nazionale delle Marche, el museo más importante de la región con obras, entre otros, de Rafael, que nació aquí.
Ascoli Piceno: la bella desconocida
Tan bella como desconocida, Ascoli Piceno es una de esas ciudades que, si estuviera en algunas de las rutas más trilladas de Italia, sería invadida por millones de turistas. Pero ahí sigue, con su tímida belleza, lejos de los objetivos de las cámaras. Su centro histórico medieval todavía conserva cincuenta de las doscientas torres que tuvo en su origen, además de iglesias románicas y góticas, y palacios como el palazzo dei capitani del popolo. Hay que empezar por la piazza del popolo, tomando algo en el famoso Caffé Meletti, con su decoración modernista, y dejarse llevar por sus callejuelas.
Ancona: la capital
Como buena “jesina” no tenía mucha simpatía por Ancona de pequeña: sí, en Italia también hay muchas rivalidades entre ciudades cercanas. A esto hay que añadirle que la ciudad en sí, en su conjunto, desde luego no es una de las más bonitas de Italia –los bombardeos de las dos guerras mundiales tienen mucho que ver–. Pero hay auténticas joyas, como la maravillosa catedral románica de San Ciriaco desde donde, además, se tiene una preciosa vista del puerto, uno de los más importantes del Adriático. El romano arco de Trajano, el Lazzaretto, la Loggia dei Mercanti y las iglesias de Santa Maria della Piazza y Santa Maria di Portonovo, junto con el Museo arqueológico nacional de las Marcas, hacen que merezca la pena la visita. Y si os lo dice una jesina, ¡podéis creerme!
Otras ciudades
Algunas de las otras pequeñas ciudades o grandes pueblos que no hay que perderse son: Pésaro con, entre otras cosas, su palacio ducal y su villa imperial; Fano, con su arco de Augusto; Senigallia, con su fortificación renacentista llamada rocca roveresca; Osimo, con su iglesia de San Marcos; Fermo, con su piazza del popolo y sus cisternas romanas; y Tolentino, con su estupenda iglesia de San Nicola da Tolentino.
El santuario de la Santa Casa de Loreto: turismo religioso
La Virgen de Loreto les suena a bastantes españoles, incluso hay un nombre dedicado a ella, pero no hay muchos que sepan ubicar en un mapa el santuario que se le dedicó. Sí, Loreto es una pequeña ciudad de las Marcas, a unos 30 km de la capital Ancona. La basílica de la Santa Casa de Loreto es uno de los santuarios marianos católicos más visitados del mundo, así que encontraréis gente.
¿Sabíais que aquí se encuentra, según la tradición católica, la que fue la casa de la Virgen María en Nazaret y que fue transportada por ángeles hasta Loreto? Alrededor de ella se construyó el santuario y todavía es posible visitarla. Parece que efectivamente los muros corresponden a los de la casa de María en Nazaret, aunque habría sido una familia llamada Angeli –ángeles en español– la que habría financiado su transporte hasta Loreto: de ahí el origen de la historia del milagro.
Pueblos, aldeas, fortificaciones y castillos entre colinas
Lo mejor que hay en las Marcas, sin dudas, son sus pequeños pueblos y aldeas encajados entre las colinas que, según el periodo del año y el tipo de cultivo –sobre todo con vides, trigo y olivos–, se tiñen de diferentes tonalidades de verde y amarillo. Murallas medievales, fortificaciones, abadías, pequeñas iglesias, y palacios… hay centenares por descubrir.
Hay muchísimos pueblos, como Staffolo, Corinaldo, Offagna, San Ginesio, Mondavio, Montecosaro, Montefiore dell’Aso, Gradara, San Leo o Sassocorvaro, con su curiosa fortificación con forma de tortuga. Todos estarían invadidos por miles de turistas si estuvieran en la Toscana pero aquí no han llegado todavía. Hay muchos más, en el mapa he intentado recoger los más importantes. En las Marcas hay más de 1.000 monumentos de interés histórico, unas 100 ciudades con patrimonio artístico destacable, 33 ciudadelas fortificadas, 106 castillos y 15 fortalezas. ¡No está mal para una región que sólo tiene un millón y medio de habitantes!
Fiestas y tradiciones de las Marcas, Italia
Hay muchas fiestas con gran tradición en las Marcas. La más conocida es la Quintana de Ascoli Piceno, con desfiles y justas medievales, una de las mejores fiestas medievales de Italia. El palio dell’Assunta en Fermo, el palio dell’oca en Cagli o el carnaval de Fano, el más antiguo de Italia, son otros de los eventos con gran tradición que hay en las Marcas.
Ah, y este año hemos ido a uno muy peculiar: la festa nazionale della befana, en Urbania. Una fiesta dedicada a la bruja más famosa de Italia, la befana, que el 6 de enero lleva pequeños regalos o carbón a los niños y se los deja en una calcetín.
Hay un listado de todas las fiestas históricas en la página de turismo de las Marcas, pero sólo está en italiano.
Turismo de naturaleza y playas en las Marcas
Cuando he hecho turismo por mi región ha sido siempre más bien cultural, pero también hay naturaleza en las Marcas: sus dos parques nacionales –el de los montes sibilinos y el del Gran Sasso y montes de la Laga– tienen paisajes espectaculares.
En cuanto a las playas, he de decir que las Marcas no tienen las más bonitas de Italia, vamos que no iría a las Marcas sólo por eso, más viniendo de España. Pero en sus 180 km de costa alguna bonita habrá, ¿no? Pues sí, las que están en el parque regional del Monte Conero, en particular las de Numana y Sirolo –a ésta se puede llegar sólo en barco o con caminata a través de un bosque–.
Y luego está el gran clásico de las visitas de los colegios en mi región: las grutas de Frasassi, las más grandes de Italia, con una sala central de nada menos que 240 metros de altura. Por lo visto aquí podría entrar el duomo de Milán…
Gastronomía y vinos de las Marcas
En el artículo sobre gastronomía del centro de Italia ya hablé un poco de algunos de los platos más típicos de las Marcas: el brodetto, las olive all’ascolana, los vincisgrassi, el pollo in potacchio y el coniglio in porchetta. Pero hay muchísimos más como los fagioli con le cotiche –judías con tocino–, los gnocchi con la papera –ñoquis de patata con salsa de pato–, pappardelle al ragù di cinghiale –unos tallarines anchos con salsa de tomate y jabalí– los passatelli –una especie de pasta hecha con pan rallado, parmesano, huevo, pimienta, nuez moscada y ralladura de limón que se toma con caldo–, el stoccafisso all’anconetana –una forma de preparar el bacalao en salazón– las sepias con guisantes, muchos platos a base de trufa… Una cocina italiana que no se ha exportado y que sólo podréis probar aquí.
Estos son los platos pero hay muchos productos típicos que hay que probar también. Mis favoritos: los salamis, en particular el salame di Fabriano y el ciausculo –este último tiene una textura más blanca y un color más claro y para mí es un manjar– y los quesos, como la caciotta di Urbino y el pecorino di fossa, un queso de oveja curado en cuevas: ¡uno de mis favoritos! Ah, también están los maccheroncini di Campofilone, una de las pastas secas al huevo más preciadas de Italia.
Mención aparte merecen los vinos. Los más conocidos son el blanco Verdicchio dei castelli di Jesi y el tinto Lacrima di Morro d’Alba, pero hay muchos más: en total 15 vinos de denominación de origen.
- Uliassi, en Senigallia: uno de los dos grandes clásicos de la alta cocina marinara marchigiana, con sus dos estrellas Michelin
- La Madonnina del pescatore, en Marzocca di Senigallia: el otro grande clásico de la alta cocina marinara con dos estrellas Michelin y a menos de 10km del primero
- Damiani e Rossi, en Porto S. Giorgio: otro restaurante con comida del mar, aquí podéis probar el brodetto en su versión local
- Il tiglio, en Montemonaco: nos movemos al interior de las Marcas, con este restaurante en un pequeño pueblo de la provincia de Ascoli, donde la alta cocina (su chef está considerado uno de los mejores de la región) se mezcla a la tradición de los platos a base de carne
- Le contrade, en Piandimeleto: la gran especialidad aquí es la trufa negra, desde los entrantes a los segundos pasando por las pastas, todo lleva trufa. Aquí iba todos los años en la época de la trufa, y merecía la pena aunque el camino no fuera de los mejores (es un pequeño pueblo muy cerca de la frontera con la Toscana y Emilia Romaña)
- Agriturismo La valle del sole, Offida: se trata de una casa rural cerca del bonito pueblo medieval de Offida, donde cultivan vino ecológico que se puede tomar junto a la cocina simple y tradicional del interior de las Marcas
- Vino e Cucina, Staffolo: otro restaurante donde degustar vino (Staffolo es uno de los centros de la producción de Verdicchio) y probar la cocina más clásica de la tradición del interior de las Marcas. Todos los platos típicos marchigiani están aquí.