Cuando os conté porque creo que Gredos es la escapada ideal desde Madrid, no mencioné su gastronomía y no porque no sea una de las principales razones sino por todo lo contrario: quería dedicarle un espacio aparte, como merece. Y aquí estoy.
¿Los secretos que hacen que la cocina de la sierra de Gredos sea tan rica? Muy buenos cocineros que no te esperas en una zona rural y, cómo no, buenos productos de la tierra, tanto ganaderos –¡esa ternera de Ávila, una de las mejores de España!– como agrícolas –aceite del valle del Tiétar, queso, cerezas…– y, por supuesto, ¡setas del bosque!
En Gredos se han dado cuenta del potencial y lo han aprovechado bien: ¡hay más de 300 restaurantes! Además, a través del proyecto Gredos Gastronómico, organizan las Jornadas del Gredulis, Gredos en Tapas, las Jornadas de puchero y cuchara, Tapas y copas al atardecer… ¡Informáos antes de ir y reservad con tiempo porque tienen mucho éxito! En nuestra escapada al norte de Gredos probamos diferentes restaurantes y en todos comimos fenomenal, aquí os hablo de tres muy diferentes pero muy recomendables para comer en la sierra de Gredos.
Cafeteria Drakar: sí, un bar de carretera con cocina creativa
Un bar en la carretera. Bastante anónimo. Su nombre no ayuda: cafeteria Drakar. Pero te han dicho que ahí se come bien. Es un negocio familiar y sus especialidades, según la web, son las tapas, las carnes de Ávila y la “comida casera con toque elegante”. Cuando entras tampoco te sorprendes, un bar de carretera con un pequeño comedor. Nada que no hayas visto ya centenares de veces. Pero luego llegan la carta y, sobre todo, la comida y ahí la cosa no sólo cambia, ¡se revoluciona! Los ingredientes en su mayoría sí que son del territorio pero la cocina no tiene absolutamente nada de bar de carretera. Una cocina gourmet, sofisticada y me atrevería a decir que sublime. El chef, Roberto García Jiménez, ha llegado aquí de retiro dorado después de unos años en muy buenos restaurantes y se nota.
Nuestro menú degustación con maridaje de vinos fue excelente. La verdad es que no entiendo de vinos así que en eso no puedo opinar, pero la comida era original, hecha con ingredientes fresquísimos y realmente cautivadora. ¿Nuestros platos? Carpaccio de boletus pinicola –¡no podían faltar las setas en Gredos!– con aceite arbequina, pimienta rosa y helado de sésamo negro; lomo de sardina a la plancha con algas wakame y níscalos a la plancha; crema de boletus edulis con aceite de trufa blanca; alcachofas confitadas en aceite de oliva, tarrina de foie fresco, reducción de Pedro Jiménez y cecina de León; carrillera de ternera con Pedro Jiménez y chips de patatas moradas –unas patatas peruanas que el chef cultiva en su huerto y que sí, ¡son moradas!– y, para acabar, natillas de mango con helado de violeta. De acuerdo, a lo mejor os he aburrido con todos estos nombres, pero quería daros una idea de los platos. Y os aseguro que no son sólo palabras, todos los platos estaban tan buenos como suenan. ¿Mi favorito? Las alcachofas. Ah, y los precios, inmejorables –e imposibles de encontrar para cocinas similares en grandes ciudades como Madrid–.
Dónde está: Carretera del Barco 4, Hoyos del Espino
Restaurante Mira de Gredos: cocina tradicional con toques modernos
En este caso sí que el restaurante cumplió todas las expectativas. Me habían descrito el Mira de Gredos como uno de los mejores restaurantes de Castilla y León y me habían hablado de su cocinero, César Hinojal, y de sus famosas judías de El Barco ganadoras de la medalla de oro en la Fiesta de los Mejores Cocidos de España en 2011. Cocina casera, hecha con ingredientes locales y de calidad. Lo que buscas cuando te vas de escapada rural, ¿no? Comimos todos platos típicos de la zona: patatas revolconas, un puchero de las famosas alubias de El Barco de Ávila, huevos rotos con boletus y jamón ibérico, lomo alto de ternera –por supuesto ternera de Ávila– y, de postre, hojaldre de manzana reineta que, según nos comentó el maître Luís –hermano de César, éste también es un negocio 100% familiar– era cultivada en su huerta.
La cocina es puramente tradicional pero con algún pequeño toque moderno en la elaboración y la presentación. Todo impecable pero la palma se la llevó la ternera de Ávila: ya la había comido en otras ocasiones pero ésta creo que ha sido la mejor. Ah, las porciones son muy generosas así que ¡cuidado, porque todo está muy rico y no querréis parar!
Dónde está: Ctra. Del Barco S/N, Hoyos del Espino
Restaurante del Parador de Gredos: cocina tradicional 100%
Dormir o comer en el parador de Gredos no es sólo dormir o comer. Es revivir una parte de la historia de España. Es el primer parador de turismo, lo inauguró nada menos que en 1928 el rey Alfonso XIII, el mismo que lo había utilizado como residencia en sus estancias de caza. Aquí han tenido lugar grandes eventos de la historia del siglo XX, desde la reunión en 1935 de la cúpula de la Falange para preparar la insurrección militar que llevaría a la guerra civil española hasta, como para enmendarse, la de los “padres de la constitución española” en 1978.
Y la gastronomía no podía no ser fiel a la tradición en un sitio con tanta historia: aquí el jefe de cocina Gregorio Martínez prepara cocina casera abulense “de toda la vida”. Carne de Ávila, potajes, guisos, legumbres de la tierra o trucha de Gredos. Nosotros dormimos en el parador y comimos en su restaurante “Huerta del rey” en un par de ocasiones. Probamos, cómo no, las patatas revolconas con torreznos, las judías de El Barco de Ávila con presente de matanza, las migas del pastor, la chuleta de ternera de Ávila, la caldereta de cordero de los pastores de Gredos y unos cuantos postres, como las natillas serranas.
Dónde está: AV-941, km. 10, Navarredonda de Gredos
Pude probar estos restaurantes en el GredosRuralTrip, gracias a Escapada Rural, diputación de Ávila y Agenorg por la organización.