En la Patagonia quien se apura pierde el tiempo. Pudimos comprobar en nuestras carnes la veracidad de este dicho chileno que tantas veces nos repitieron durante nuestro recorrido por la Carretera Austral. En la Patagonia el tiempo, en todas sus expresiones, es caprichoso. Estimar la duración de un trayecto es, a menudo, imposible y el clima es tan variable que no se deja prever. Después de haber luchado con el «tiempo del reloj» en la Carretera Austral –con las infinitas esperas para que alguien se apiadara de nosotros y nos «levantara» en su coche–, en las siguientes etapas de nuestra aventura patagónica sería el tiempo atmosférico el que nos frenaría y se interpondría en nuestros planes. Ushuaia, en la mítica Tierra de Fuego argentina y la chilena Punta Arenas, en el igualmente mítico Estrecho de Magallanes, nos esperaban no sin reservarnos alguna sorpresa… Empecemos por la primera etapa: Ushuaia.
Salíamos de Perito Moreno, a miles de kilómetros de distancia, y llegamos a Ushuaia destrozados después de un día y medio de autobús, un ferry y cuatro fronteras–para llegar por tierra desde el resto del país hay que pasar por Chile–. La ciudad nos acogió con un tiempo fresco pero muy agradable aunque con un amenazante cielo gris. En la primera noche en Ushuaia –mucho más grande de lo que lo que nos esperábamos en nuestro imaginario sobre el fin del mundo–, el cargador de nuestro portátil, un Mac, se rompió. Lo necesitábamos para descargar las miles de fotos que seguro haríamos en nuestra siguiente etapa del viaje: la Antártida, así que nuestros planes de turismo por la ciudad y sus alrededores estaban descartados… Había que buscar uno nuevo. ¿Hay sitio peor para buscar un cargador de Apple que la ciudad más austral del mundo, parte de un país que tiene restricciones en las importaciones? Probablemente no. Un día entero por las tiendas de la ciudad lo demostró. ¿Lo peor? Que llegó un inesperado y helado viento de la Antártida que me noqueó. Los siguientes días los pasaría en la cama con fiebre, esperando recuperarme antes subir al barco. Y JAAC los pasaría de tienda en tienda, hasta encontrar por fin uno «pirata» el sábado por la tarde –salíamos el domingo–, cuando el sitio ya estaba cerrado: abrieron para él…
Siempre contamos nuestras experiencias, pero en este caso vamos a contar lo que nos gustaría haber hecho en Ushuaia y sus alrededores, como aliciente para volver y hacerlo, si finalmente las circunstancias nos lo permiten. Lo que sí hicimos fue pasar mucho tiempo –más de lo esperado– en nuestras habitaciones así que podemos hablar con conocimiento de causa de dónde dormir. Si alguien se pregunta qué ver, hacer o visitar y dónde dormir en Ushuaia, aquí están las respuestas.
El Museo marítimo y ex presidio de Ushuaia
El museo más importante de la ciudad, ubicado en la que fue la cárcel a donde se enviaban los presos reincidentes y más peligrosos. Aquí se encuentran el Museo Marítimo, el Museo del Presidio, el Museo Antártico y el Museo de Arte Marino. El lunes, el miércoles y el viernes a las 20h hay una visita teatralizada en la que los visitantes se visten de presos…
Ubicación: Yaganes y Gobernador Paz. Tarifa: 110$, tanto para argentinos como para extranjeros (sólo hay descuento para locales, de Ushuaia) muy alta respecto a los museos del resto del país
Navegación por el canal de Beagle
El canal que atraviesa la Tierra del Fuego y que un tiempo era cruzado sólo por las canoas de los indígenas yámanas es uno de los grandes atractivos de los alrededores de Ushuaia. Todas las embarcaciones salen del muelle turístico, en la Prefectura Naval. Las diferencias son el tipo de embarcación –catamaranes, veleros, yates, motoveleros..–, y el recorrido. Las principales atracciones que se visitan son la Isla de los Lobos Marinos, la Isla de los Pájaros, el Faro de Les Eclaireurs, la Isla Bridges, la Isla «H» y la Pingüinera de la Isla Martillo. En la oficina de información de turismo os podrán dar consejos sobre las diferencias de los diferentes tours.
Ubicación del muelle turístico: Maipú y Laserre. Precios: Van de 400 a 750$ según la opción.
El Parque Nacional Tierra de Fuego
Destino del turismo de aventura y tradicional, el Parque Nacional Tierra de Fuego es la principal atracción de los alrededores de Ushuaia. ¿Los protagonistas? Espectaculares paisajes y fauna fueguina: zorros colorados, guanacos, pingüinos, cantidad de especies de pájaros y muchos más. Se puede ir por cuenta propia en coche o en autobús y luego recorrer uno de sus muchos senderos, disfrutando con calma de las caminatas, o se puede ir con un tour desde Ushuaia. Existe también la opción de tomar el famoso Tren del Fin del Mundo.
Entrada al parque: 110$ para extranjeros y 30$ para argentinos. Precios de las excursiones: unos 400$ para la excursión clásica, bastante más si se añaden trekkings y otras actividades de aventura. Precio del tren del fin del mundo: 290$ ida y vuelta.
Dormir en un B&B en Ushuaia
Hay muchísimos hoteles, albergues y opciones de alojamiento de todo tipo en Ushuaia. Una opción que aconsejamos es dormir en un Bed & Breakfast. Son más baratos que los hoteles, más acogedores que los hostels, tienen habitaciones privadas y además normalmente permiten cocinar, lo cual es un ahorro en una ciudad en la que los precios de la comida son muy altos. Nosotros probamos dos ya que, aunque no lo pensábamos, finales de febrero todavía era temporada alta y era difícil encontrar sitios disponibles en la cuidad.
En el B&B Mysten Kepen son sus propios dueños, la chilena Rosario y el argentino Roberto quienes te atienden, de hecho te encuentras prácticamente conviviendo con ellos. Las habitaciones son muy cómodas y tienen hasta TV por cable, la cocina muy bien equipada y, sobre todo, el desayuno está exquisito.
El cercano B&B Casa de Tere fue nuestra otra elección. Normalmente también es atendido por su dueña, Tere, aunque desafortunadamente cuando nosotros fuimos estaba en Buenos Aires por asuntos familiares. Aquí también se puede usar la cocina, y está incluido el desayuno. Nos gustaron sus techos de maderas, sus ventanales y la chimenea que permitía aislarnos del frío de Ushuaia.
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