Toda la gente que ha viajado a Colombia y visitado el Parque Tayrona habla maravillas de él. Entrando en el país por la frontera norte –por el Caribe– con Venezuela es prácticamente una obligación visitarlo desde Santa Marta. Nosotros no fuimos menos y allí fuimos, si quieres saber como nos fue sigue leyendo…
Como llegar al Parque Tayrona
Desde la ciudad de Santa Marta es muy sencillo llegar al parque por cuenta propia. Los taxis cobran unos 60.000 $, pesos colombianos (precio 2012), pero también hay busetas. Las busetas son el medio de transporte básico en Colombia, desde pequeñas como furgonetas hasta casi autobuses, son las encargadas de movilizar al país. En el cruce de la carrera 11 con la calle 11 –zona del mercado– salen por 6.000 $ (precio 2012) por persona y paran en El Zaino, justo en la entrada del parque. Esto será lo último barato que encontraréis en vuestra excursión.
Tened bien lleno el bolsillo de pesos. La entrada al Parque Tayrona para no colombianos cuesta 57.500 $, en temporada baja, y 57.500 $, en alta –precios de 2022–. Tienes toda la información en la página oficial. En la entrada os registrarán en busca de drogas y armas –aunque también os digan que no se puede entrar con bolsas de plástico hacen la vista gorda–. Una vez dentro una botella de agua de litro y medio no bajaba de 4.000 $, en 2013, así que ahora tiene que ser… Los refrescos son todavía más caros y os aseguramos que necesitaréis beber.
Si tenéis pensado quedaros a dormir hay varios campamentos con distintas opciones. Desde simples hamacas sin mosquitera –que ya os avisamos que es una locura por la cantidad de mosquitos que hay, ya sabéis: Relec a litros– hasta cabañas de lujo. La hamaca con mosquitera más barata cuesta unos 15.000 $ pero si no queréis pelearos por usar un baño y que éste último esté limpio y cuidado, no bajará de 27.500 $ en la concesión del parque. Si es ésta la opción que elegís, sabed que hay enchufes en el interior de las taquillas, gratis: sólo hay que dejar una fianza. De las cabañas de lujo ni hablamos y menos aún de los restaurantes (en agosto 2016 entre 15.000 y 25.000 $): llevad vuestra comida. Los precios de hamacas y cabañas son de 2013… no es fácil encontrar información actualizada.
Los senderos que atraviesan el parque hacen un recorrido completo entre la selva más densa y las playas más paradisiacas. El principal es el Camino del Descubrimiento (unas dos horas) que lleva desde Cañaveral, donde te dejan las furgonetas de la entrada –2.000 $– hasta Arrecifes, donde se encuentras las primeras playas. Hablando de playas: cuidado, las corrientes en la zona son muy fuertes y, por mucho que queráis bañaros, haced caso de las señales. Está lleno de carteles diciendo que ha habido más de cien muertos en cada playa… Sólo en La Arenilla, La Piscina y en Cabo San Juan (esta última a una hora de Arrecifes) está permitido el baño. El Camino del Descubrimiento es «obligatorio» recorrerlo, aunque también existe la posibilidad de llegar hasta Arrecifes a caballo por otra ruta–hemos leído que los caballos se prohibieron en septiembre de 2015, pero nos dejaron un comentario de octubre de 2016, diciendo que sigue siendo posible hacer la ruta a caballo por 40.000 $–. Otro camino une Arrecifes con Cabo San Juan, desde donde parte el sendero a Pueblito.
¿Merece la pena caminar hasta Pueblito? Desde nuestro punto de vista no. El paseo, de casi dos horas, es duro, con zonas bastante complicadas que, antes del Roraima, nos habrían parecido casi imposibles, y el destino final no tiene más que unas cuantas plataformas circulares elevadas donde se encontraban las casas de los indígenas. Las casas, hechas con madera y hojas, han desaparecido, obviamente. El camino atraviesa selva más profunda que el del Descubrimiento, pero nosotros ya habíamos caminado por suficiente selva, incluso dormido en ella.
Nuestras impresiones y recomendaciones
Un lugar precioso y muy bien cuidado pero en el que se aprovechan del turista de una forma exagerada –os parecerá que los precios tampoco son tan caros al cambio, pero frente al nivel de vida del país lo son y mucho–. Si queréis ir –los paisajes merecen la pena–, recomendamos llegar pronto y salir del parque antes de las seis –cuando dejan de pasar busetas hacia Santa Marta–, llevando el agua y la comida que necesitéis. Tampoco «gastaríamos» fuerzas ni tiempo subiendo a Pueblito, nos concentraríamos en los otros caminos tratando de ver los lagartos, algunos enormes, atentos a donde ponéis los pies; los monos, que nos han dicho que a veces lanzan frutos a los turistas; los cangrejos azules, se esconderán en sus agujeros en cuanto os acerquéis; y los pájaros que los llenan y que, caminando en silencio y despacio, veréis con facilidad. Sin olvidar las laboriosas hormigas, atravesando el camino y dentro de los campamentos veréis cientos, miles, de ellas caminando en fila cargando trozos de hojas hacia sus hormigueros.
Actualización octubre 2016
Gracias a un comentario de Sebastián hemos visto que algunos de los precios a los que hacíamos referencia cuando comentábamos que nos parecía que se aprovechaban del turista en el parque Tayrona han bajado (además de que el cambio ahora es más favorable tanto para el euro como para el dólar americano, mucho más beneficioso si cabe). Los hemos actualizado en el artículo.
Suponemos que los precios también habrán bajado en el resto del país con lo que la comparación entre el parque y el resto puede que siga siendo igual… pero no lo sabemos. En cualquier caso, ahora sí que hay que aprovechar para ver el parque Tayrona.
Tour guiado al Parque Tayrona
Si quieres visitar el Parque Tayrona pero no dispones de coche ni te animas a moverte en buseta por tu cuenta, puedes reservar un tour guiado de un día de duración. No se hace noche en el parque, pero podrás recorrer algunos de sus senderos y disfrutar de sus paisajes. Puedes ver precios y reservar aquí.
Santa Marta
Puerta de acceso al Parque Tayrona, Santa Marta fue la primera ciudad fundada en el país –en tierra continental y no en islas– y es allí donde vivió Simón Bolívar sus últimos días. Poseedora de un casco urbano tranquilo y colonial, de bonitas casas con balcones, y unas playas en las que disfrutar de preciosas puestas de Sol.
Aunque Santa Marta, como una de las ciudades más turísticas del caribe colombiano, cuenta con su propio Benidorm: el Rodadero. Una playa saturada de gente luchando por clavar su sombrilla, con un agua no muy clara y demasiado caliente. Y un paseo marítimo lleno de tiendas, restaurantes y voceadores que quieren desde llevarte a un restaurante y ganar una comisión, hasta venderte todas las excursiones del mundo.
Taganga
Es aquí donde está Playa Grande, una de las playas cercanas a Santa Marta «todavía» no masificada. Para llegar a Taganga, de nuevo buseta. Una vez allí se puede coger una barca a motor hasta Playa Grande o caminar por la loma. Problema: la seguridad de camino. Un español, que conocimos en Santa Marta y que vivió en Taganga, nos confirmó que asaltaban con cuchillo en mano a diario entre las 13.00 y las 16.00 en ese camino y que, de noche, las calles del pueblo se dividían entre seguras y no seguras y que pasando por una de estas últimas el asalto estaba asegurado.
Nuestro primer contacto con Colombia nos dejó un sabor agridulce: preciosos paisajes y magníficas gentes, junto con masificación, precios abusivos y cierta inseguridad.
¿Te quieres de ir de viaje al Caribe colombiano? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Colombia aquí.
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en el parque natural Tayrona.
- Alquila el coche en Colombia al mejor precio comparando entre varias compañías aquí.
- Hazte con las mejores guías de Colombia aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.