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Calorcito, Bujará (y 5)

Miércoles, 02/03/2011 (y 5)

Sigue el calorcito y es pronto así que vamos a por el cuaderno de dibujo y los lápices. Camino del hotel nos cruzamos con la pareja de franceses con los que compartimos hotel en Jiva que van con el turista solitario que hemos visto varias veces esta mañana. Ya somos cinco occidentales en la ciudad.

La elegida para ser dibujada será la mezquita Kalon con su minarete. Así aprovechamos que, según la guía, no hay que perdérsela en la puesta de sol.


Al poco de empezar a dibujar llegan unas turistas locales que al ver que hay alguien dibujando se cruzan desde la mezquita hasta donde estamos sentados nosotros para ver mi «obra». Cuando se acercan hablando no sabemos qué quieren. Con gestos se hacen entender, sólo quieren ver lo que estoy dibujando. No quieren preguntar nada, sólo mirar. Llegan cuando todavía no hay casi nada que mirar y para mí que habrán quedado decepcionadas. Así es la vida.

Una hora y pico después con el dibujo bastante más avanzado salen de la mezquita y se vuelven a acercar a ver qué tal. No debieron quedar tan decepcionadas antes que vuelven a ver cómo ha evolucionado. El caso es que ahora ya está casi acabado. Las sombras se las acabaré de dar en Madrid que ya escarmenté con el Tesoro de Petra. Les gusta mucho más, se ponen a hacer fotos y vídeos. Es más, una de ellas, la que acompaña a la que está más emocionada con el tema dibujo, hasta se hace una foto con Sara: la turista del gorro blanco. Los franceses también han pasado por allí pero no se han desviado a ver el dibujo. Normal, por otra parte.

Con los dedos a punto de caérseme, estar parado dibujando y que el sol ha bajado han hecho que se queden congelados, volvemos al hotel para dejar los útiles de dibujo y a Cany antes de volver a la tienda de comida de nuestra amiga a comprar otra botella de agua y alguna que otra pasta.

En el hotel ha vuelto la luz y dejo cargando una batería de Cany y el móvil. La tienda está un poco alejada, unos quince minutos andando, pero nos ha caído tan bien la mujer que no importa llegar hasta allí. No quedan pastas como las de esta mañana. Nos mira y con cara triste nos indica que se han acabado. En cualquier caso hay muchos otros tipos. Nos da a probar uno que se parece mucho al de antes y que está muy bueno. Le decimos que nos dé 500 som. Bueno, eso es lo que le queremos decir pero al ver la mano abierta, cinco, ha entendido más 5.000 que 500. Es lo que tiene que su moneda no valga prácticamente nada, todo lo entienden por miles. Cuando se pone a echar y lo pesa nos mira con cara interrogante y le decimos que menos. Saca hasta quedar en 2.400 y le decimos que vale, que pare.

Con la calculadora suma los 700 del agua y los 2.400 de las pastas, para que lo veamos ya que no la entendemos, y cuando le damos 3.100 nos sonríe y nos devuelve los 100. Nos ha hecho un descuento, aunque lo mismo es que los billetes de 100 ni los trabaja de lo poco que valen.

De nuevo en el hotel comemos unas pastas, dejando algunas para el desayuno de mañana. Antes de subir hemos confirmado que la marshrustka 68 sale de la plaza de al lado con la chica de recepción y le hemos preguntado cuánto nos debería costar un taxi a la estación. Nos ha dicho que 12.000, que si nos piden 15.000 podemos rebajar hasta eso. Caray, pues sí que es caro llegar a la estación, si la marshrustka se supone que son 500 por cabeza.

Una ducha reparadora con agua muy caliente. Aquí el grifo del agua caliente es de verdad el del agua caliente, pero es que del de agua fría también sale caliente, menos, pero caliente. Comenzamos a preparar las mochilas y a escribir un poco de diario antes de cenar el fuet con los crackers. Justo cuando estamos con el fuet se vuelve a ir la luz así que lo comemos con la luz de la linterna-dinamo del Decathlon. Dándole a la manivela cada dos por tres para que no se apague. La luz no vuelve, pero en el patio vemos que hay fluorescentes encendidos. Puede que se haya ido el diferencial de esta parte del hotel y que estemos haciendo el tonto con las linternas en lugar de ir a la recepción a decirlo. Me pongo todas las capas necesarias y bajo. Me dice la chica que se ha ido la luz de media ciudad. Curioso que el hotel tenga la parte “turista” en la zona sin luz y la parte de recepción y su casa con una luz estupenda. Han llamado y les han dicho que en unas pocas horas lo solucionarán. Lo siente.

Vuelvo arriba y a la luz de las linternas acabamos de recoger lo que hemos sacado y lo colocamos todo en las mochilas. Mañana saldremos a las 6:15 para coger la marshrustka con tiempo. Nos ha dicho que empiezan a eso de las 6:30 así que trataremos de coger la primera para que, si no llega, tengamos tiempo de encontrar un taxi.

Nos vamos a dormir con las luces encendidas y dejo a Sungin con su cargador a mano, por si a medianoche nos despertamos con la bombilla luciendo. De cualquier manera no hay nada más que hacer y tampoco hay luz, así que a dormir pronto.

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Comentarios

  • JAAC
    11 abril, 2011 a las 15:18

    Cuando salimos de viaje por el extranjero no le damos mucho al diente… pasamos más tiempo haciendo otras cosas y con tanto andar estás más cansado que hambriento…

    Pero, te diré que no deberías invitarnos a comer… jajajaja

    Gracias por lo del dibujo 🙂

    Responder
  • conxa
    8 abril, 2011 a las 16:58

    como son largas las entradas siempre comento el final jeje

    El dibujo que está muy chulo!!!

    Responder
  • conxa
    8 abril, 2011 a las 16:57

    desconocia lo de la linterna dinamo.

    La verdad es que comeis como pajaritos, galletitas y agua era para la cena. ¿cuanto fuey crakers os llevais un par de docenas?? me impresiona lo poquito que comeis.

    Responder