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El señor «mercado negro»

Lunes, 28/02/2011 (2)

El mapa de la situación de las Kalas y del campamento de yurtas.


Ver Qalas, Uzbekistan en un mapa más grande

Llegamos a la puerta del banco a las 12:15 y nos dicen que cierran para comer de doce a una. Por mucho que intenta que nos hagan caso nos dan con la puerta en las narices y nos dicen que volvamos luego. Aprovecha para ir a ver a su mujer y llamar desde un teléfono público y que le digan el cambio. Es más seguro llamar desde uno público que desde el móvil. El cambio es de 2.850 som por euro y 2.100 por dólar. El oficial es 2.258 y 1.666 más o menos. Lo que pasa es que los bancos no dan moneda extranjera a los uzbecos, de manera que si quieren euros o dólares tienen que ir al mercado negro y allí son muy caros, ése es el negocio.

De acuerdo. Decidimos sacar 200 dólares y luego cambiar 150 euros y 150 dólares, lo que nos hará poseedores de una fortuna de 742.500 som. Lo malo de esta cantidad es que el billete más grande que tienen es de 1.000 som…

En el banco hacen falta cinco personas para conseguir sacar el dinero: una lo apunta y hace la llamada a VISA, otro hace una fotocopia del pasaporte y de la tarjeta, otra acerca un resguardo enorme que hay que firmar en siete u ocho sitios, otro rellena un folio por las dos caras con nombre, número de pasaporte, cantidad y un motón de cosas más y el último los coordina a todos. Increíble. Nada más salir del banco nos vamos a cambiar. Vamos a un barrio en el que las casas parece que están a medio construir, pero que dentro deben tener millones y millones. Sube con nuestro dinero y con sus 100 euros que también los quiere cambiar.

Cuando baja nos encontramos con unos fajos de billetes que no hay manera de meter en ningún sitio. Unos veinte centímetros de altura de billetes. En mi vida he visto una cantidad tan grande, y Sara tampoco y eso que las liras italianas tenían poco valor. Bakhtiyar piensa lo mismo, hace falta que cambien el dinero, hay demasiado papel. Según él cambiar 100 por 1 o incluso 1.000 por 1 para que fuera más manejable. De todas formas se ríe y nos dice que en Uzbekistán el dinero se va rápido, que en cuatro días estamos sin nada. No se lo cree ni él, esto nos dura para todo lo que queda de viaje fijo. Por cierto, que al final será él quien nos lleve mañana a Bujará por los 90 euros. Ya los hemos separado. Ahora mismo nos quedan 50 euros, 50 dólares y todos los som del mundo.

También hemos reservado habitación en Jiva. Nos ha recomendado él el hotel, Hotel Arkanchi, y son 30$ la noche, con calefacción, agua caliente y el desayuno. Al preguntar el precio en som, para ver si nos merece la pena, le dicen (curiosamente) que son 30$ por el cambio que nos han hecho en el mercado negro… no ganamos nada con esto. De todas formas le hemos dicho que adelante, después de la noche que hemos pasado nos merecemos calefacción.

Llegamos a Jiva a las dos y media, mañana Bakhtiyar vendrá a buscarnos a la una para ir a Bujará, siete horas de coche en las que dormiremos como ceporros. Habrá que ver si conoce también algún hotel en Bujará porque llegando tan tarde tampoco habrá mucho donde buscar. Esto no es como Damasco, al haber muchos menos turistas tampoco hay tanta oferta de alojamiento.

YouTube video

El hotel está vacío. Somos los únicos turistas. La habitación tiene la calefacción puesta y eso hace que gane muchos puntos. Lo que no tiene es agua caliente, ¿será como en Nepal que sólo está a ciertas horas? Al bajar le preguntamos al de recepción, al recoger los pasaportes, y nos dice que habrá agua caliente de ocho a once. Pues sí que tiene horario.

Salimos a recorrer la ciudad. La parte interior de la muralla (kala) es Itchan Kala, la parte exterior Dishon-Kala, no merece la pena. El interior está lleno de museos, mezquitas y madrazas. Se puede visitar la ciudad pero hay que comprar una entrada única para ver todos los monumentos. Nos cuesta encontrar donde la venden porque lo hace una señora que está en una mesa en la puerta del oeste que la primera vez que pasamos no vemos, debía estar en el baño. A la segunda, después de preguntar dónde venden la entrada en el hotel, nos encuentra ella a nosotros cuando pasamos a su lado. Somos los únicos turistas extranjeros así que parece evidente que estamos tratando de comprar la famosa entrada. Son 12.000 por cabeza y 5.000 por la cámara. Va a tener razón y los som se van rápidos.

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Comentarios

  • JAAC
    11 abril, 2011 a las 15:27

    Una exageración la cantidad de papel que acabas teniendo en los bolsillos y que no sirve para nada por lo poco que puedes comprar con ello! jajaja

    Responder
  • conxa
    8 abril, 2011 a las 16:27

    pareceis atracadores de banco como en las pelis de los vaqueros!! que barbaridad de papel, tienes razón mucho peor que las liras antiguas que ya es decir!!

    No he podido escuchar el video, pero la habitación está muy bien, algo escasa de cuadros jajajajaj

    Responder