Después de visitar la Catedral de Palma de Mallorca, y sin poder entrar en el palacio de la Almudaina.
Palma de Mallorca es conocido por sus patios, pero en la oficina de turismo nos informaron de que son privados. Sólo durante la semana santa los propietarios organizan visitas guiadas a los más importantes. Mientras, sólo un par de ellos son visitables: uno en la misma oficina de turismo.
Desde ahí recorrimos el centro de la ciudad: callejuelas estrechas y peatonales.
En las cercanías del parlamento de las Islas Baleares encontramos un edificio cargado de gárgolas con escudos. Y de vuelta al Paseo del Born y el obelisco sujeto por tortugas.
Todavía era pronto y nos acercamos a la Catedral de nuevo, para verla con ese pequeño estanque delantero y las palmeras, y dibujarla.
Para después dar un paseo por el paseo marítimo hasta el puerto.
Después de la cena volvimos a acercarnos a la Catedral iluminada.